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Mostrando entradas de 2009

El canto de María

Más que un comentario, lo que les comparto es una noticia. Esta mañana fui a con nuestro nuevo Provincial, el P. Tomás Bravo Zamora. El asunto: recibir la respuesta a mi solicitud de ordenación presbiteral o sacerdotal. La respuesta ha sido positiva, y pronto les compartiré más información. De ahí me fui al centro, y entré a la eucaristía. Y di gracias al Señor con el canto de María, que fue la lectura del evangelio de este día (Lc 1,46 y sig.): Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humilidad de su sierva...

El Dios que salta de contento

Lc 1,39-45 Seguimos en el tiempo de adviento, pensando ya directamente en el misterio del nacimiento de Jesús, el hijo de María y José, el Hijo único de Dios. Esta escena nos muestra a la jovencita María, recién visitada por el ángel Gabriel, poniéndose en camino para estar con su prima Isabel, anciana y finalmente embarazada: por fin se quitaba de ella el escarnio que había velado su larga vida. Isabel era esposa de Zacarías, sacerdote, quien quedó mudo tras dudar frente al anuncio del ángel de que su esposa le daría un hijo en su vejez,y vivían en Judá, en el centro de la nación. María, por su parte, venía desde los márgenes, desde Nazaret de Galilea. Ambas mujeres representan a su pueblo: el centro, viejo e infecundo; los márgenes, preñados de vida nueva. En ellas, Dios rechaza el obropio y reivindica a los que hasta entonces habían sido mirados con desprecio, al tiempo que ofrece la posibilidad de formar un pueblo nuevo por el hijo de Dios, que se hace hombre en el seno de María.

Troncos secos o semillas del reino

Lc 3, 7-20 Para este tercer domingo de Adviento, la liturgia nos propone leer los versículos 10 a 18 del capítulo tres de san Lucas. La semana pasada nos quedamos en el versículo 6; les pido que leamos la continuación completa de esta escena, y no una parte, para comprender mejor su sentido, según el hilo de la narración. Tras el anuncio de la salvación, el relato nos muestra la predicación de Juan a la gente que venía a ser bautizada por él. Y Juan les decía: "¡Raza de víboras, den frutos de conversión, ya está el hacha puesta a la raiz de los árboles, y los que no den buen fruto, serán cortados y echados al fuego!; yo los bautizo con agua, el que viene los bautizará con Espíritu Santo y fuego." Y así anunciando la buena noticia (menos mal que era buena), los que buscaban a Juan entraban en miedo y preguntaban lo que cualquiera preguntaría: ¿qué tenemos que hacer, para no ir a la chamusquina? Y Juan pedía la solidaridad con el necesitado, y conducir la propia vida con justic

Lupita, mamá de Dios

"Lupita, mamá de Dios, somos tus hijos del alma; no nos dejes de tu mano, ni en tormentas ni en la calma" (verso popular). Imposible no compartir en este día y para mañana un breve comentario sobre la Morenita del Tepeyac. Creo que ya conocemos la historia de las apariciones según la narración del Nican Mopohua. Quiero decir tres palabras a partir de la lectura de una traducción casi literal del náhuatl, hecha por un sacerdote de origen náhuatl, el P.Mariano Rojas. Una palabra sobre el contexto histórico del relato; una palabra sobre el mensaje de la guadalupana en el relato de las apariciones, y una palabra sobre la imagen misma. 1. Cuando en España se discutía si los indígenas eran o no seres humanos, el Nican Mopohua nos presenta a Lupita hablando con Juan Diego en náhuatl, y eso, en el contexto de tan infame discusión significaba que los mexicanos eran humanos, puesto que los animales no hablan; y no sólo eso: mientras el conquistador dudaba que fueran humanos, en Lupita

El Dios fiel a sus promesas

Lc 3,1-6 Jerusalén, año 587 a. C. El rey Nabucodonosor de Babilonia tiene rodeada la ciudad con sus tropas. Al interior del país, entre el hambre que comienza a diezmar a la población, las voces de los profetas han denunciado la pronta caída de la ciudad en que Dios habita porque el Pueblo le ha sido infiel y ha preferido las alianzas políticas en vez de confiar plenamente en el Señor. Jerusalén, la antigua esplendorosa capital del reino de David y Salomón, es finalmente humillada y arrasada; el Templo, completamente destruido; los judíos, derrotados y vejados, han sido deportados a Babilonia. Por las calles se respira llanto, dolor, luto y desolación. En Babilonia, el pueblo desterrado sigue siendo humillado; los opresores les piden que los diviertan y canten para ellos los cantos de Jerusalén. A las orillas de los ríos de Babilonia, los judíos llorarán su suerte. Piden al Señor: "Haznos volver a ti, y volveremos a la tierra que tú mismo nos habías dado". Babilonia, 50 años

El Señor que viene

Lc 21,25-28.34-36 Este domingo comienza el nuevo año litúrgico, comienza con el llamado tiempo de adviento. "Adviento" significa venida, y es un tiempo dedicado en la Iglesia a preparar la celebración de la venida del Hijo de Dios, de Jesús a nuestro mundo y a nuestra historia. Pero también es un tiempo para pensar en la "parusía", en la venida plena y definitiva de Jesús como Señor de todo cuanto ha sido creado, como sentencia última de Dios sobre la historia. Por eso en la Iglesia la lectura del evangelio no comienza en el año litúrgico como Dios mandaría en otros casos, por el principio; en la liturgia las cosas comienzan como normalmente suelen terminar, o sea, por el desenlace. En los domingos de este nuevo año litúrgico estaremos leyendo el evangelio según san Lucas. Muy bueno sería leerlo una vez entero y de corrido, sin hacer caso de títulos y notas a pie de página, como si estuviéramos viendo una película. Hasta donde comprendo, uno puede entender, disfruta

Cristo Rey: el reinado que necesita este mundo

Jn 18,33-37 La escena es parte del juicio que Pilato, Procurador de Roma, realiza a Jesús. Jesús ha sido arrestado ya en el huerto; lo apresaron soldados romanos y agentes de los jefes de los sacerdotes y los fariseos; con ellos va Judas, el traidor. Jesús ha sido conducido a casa de Anás, suegro de Caifás, el sumo sacerdote, donde es interrogado, atado de manos y abofeteado. Afuera, Pedro ha negado a Jesús. De ahí, Jesús es conducido ante Pilato. El evangelio dice que fue en la madrugada; más que el dato, importa el significado. El evangelista ya nos había anticipado en el prólogo de su evangelio que en Jesús, la Palabra, “estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres; la luz resplandece en la oscuridad, y la oscuridad no pudo sofocarla” (Jn 1,4-5). Los jefes de los judíos llevaron a Jesús ante Pilato porque ellos no podían dar muerte a nadie. Lo acusaron de pretender ser rey. Se trata de una escena dentro de Palacio, los judíos se quedaron fueran, pues no podían entrar en un

Confianza y esperanza: el principio después del fin

Mis muy queridos amigos y hermanos: Desde este día procuraré adelantar mi comentario bíblico dominical, surgido de la lectio divina, al día viernes, en atención a quienes así me lo han solicitado, concediendo en el motivo de la solicitud: como una ayuda para vivir la eucaristía del domingo. Les agradezco sinceramente su lectura y sus comentarios. Mientras escribo, pienso en ustedes. Porque son para ustedes, estas palabras son suyas. Esta primera entrega de viernes muy especialmente dedicada a A.L.A.M. y A.E.C.A. Y son también mi felicitación al nuevo Vicario Provincial de los Josefinos de México, buen amigo y buen hermano, que mucho ha influido y me ha animado para que me haya dado yo a esta tarea que tanto bien me procura. Abrazos. Mc 13,24-32 Se trata de un fragmento del discurso apocalíptico de Jesús. Varias cuestiones hay que tomar en cuenta para leer este texto,antes de ir a comprar nuestra sombrilla de jardín hecha de acero inoxidable por si se nos viene encima el cielo y cuanto

El Dios que se estremece

En el evangelio de este domingo, Jesús recibe a sus doce apóstoles, a los que había enviado a compartir su misión evangelizadora. Cuando regresan, Jesús los invita a descansar, pero la gente los reconoce y se les acerca. Jesús ve a la muchedumbre, y sus entrañas se estremecieron, porque eran como ovejas sin pastor. Jesús se estrameción, se compadeció (padeció con la muchedumbre). A sus ovejas, un pastor las alimenta. ¿Qué siente Dios cuando ve que a sus hijos, que son iguales, que valen lo mismo, y a los que quiere igual, no comen, sin embargo, lo mismo, no se nutren igual; que muchos, ni siquiera saben si comerán mañana? ¿Qué siente Dios cuando ve que no todos sus hijos se alimentan de educación, de cultura, de deporte, de respeto, de dignidad? ¿Qué siente Dios cuando sus hijos no tienen lo mínimo para vivir como lo que son, hijos de Dios? Como a Jesús, se le estremecen las entrañas. A sus ovejas, un pastor las orienta. ¿Qué siente Dios cuando ve que a sus hijos les falta

Mirada de Jesús

Mc 12,38-44 Muy sugestiva la escena final. Jesús sentado frente a las arcas del tesoro en el Templo de Jerusalén, lugar que significaba para el pueblo judío el espacio de encuentro entre Dios y los hombres. Después de hacernos testigos de la última disputa de Jesús con los escribas, a quienes reprocha su presunción, su vanidad, su rapacidad para robar a las viudas con pretexto de largas oraciones, ahora el evangelista nos hacer ver con la mirada de Jesús. Ante las arcas del tesoro, la mirada de Jesús ve más allá de las acciones; sumirada desnuda la verdad del corazón humano. Mucha gente, muchos ricos, lujosamente ataviados (¿cómo sabríamos que son ricos?), que se detienen largos momentos para echar su mucho dinero, aparatosa y escandalosamente (¿o cómo sabríamos que es mucho lo que echan?). Y tras ellos, aparece una viuda, una mujer sola sin marido, sin hijos, sin cuñado, sin varón alguno que vea por ella. Decir que es pobre sería un pleonasmo, de no ser porque "pobre&

Todos santos, día de muertos

Mt 5,1-12 Este domingo es la solemnidad de todos los santos. El lunes es día de los fieles difuntos. Para este domingo, la liturgia propone el texto de las bienaventuranzas, en la versión del evangelista Mateo. Leídas a la luz de esta solemnidad, las bienaventuranzas no son una invitación a la pasividad cristiana: a no renegar de la pobreza, de la humillación, de la persecución, de la tristeza; mucho menos son una invitació a la aceptación del sufrimiento. Este texto más bien es la declatoria de santidad para quienes viven estas situaciones. Sólo Dios es santo, y donde Él está, ahí está la santidad. Y por el evangelio sabemos que Él está preferentemente con quienes viven estas situaciones de carencia, de dolor, de humillación, de sufrimiento, de abandono, de desesperanza. Porque Él está con ellos, en la medida en que ellos se abren a la fe, a la esperanza, ellos viven la santidad. Son nuestros santos. Los hombres y las mujeres que día a día siguen poniéndose de pie para con

Bartimeo

Mc 10 46-52 Esta secuencia narrativa muestra la curación de Bartimeo, un limosnero ciego de Jericó; vive de la compasión que despierta entre la gente. Jesús ha entrado en Jericó, no se dice cuáles son acciones ahí, suponemos que las mismas que le hemos visto a lo largo de todo el evangelio: curar, perdonar, incluir, compartir, enseñar. Es lógico que su fama se extienda, y que llegue hasta Bartimeo. Él es el protagonista de esta secuencia, nos importa su caracterización. Por eso es importante su nombre, tan importante que el evangelista debe traducirlo a su público. Bartimeo es un nombre arameo, que traducido al griego, lengua en que se escribió el evangelio, significa hijo de Timeo. Pero como Timeo es un nombre griego, Marcos no tiene necesidad de traducirlo; Timeo significa: Honorable, Digno. Bartimeo es el "Hijo del Honorable". En su nombre está la burla de su condición: siendo Hijo del Honorable, vive marginado (a la orilla del camino), postrado (sentado),

Domingo mundial de las Misiones

El de hoy es un domingo especial. La Iglesia celebra este día el Domingo Mundial de las Misiones. La lectura del evangelio de este día es Mc 16,15-20, pero es mejor leer desde un poco antes, al menos desde el v. 14. Quiero leer este texto a la luz de la intención misionera. El Señor Jesús, ya resucitado, es el protagonista de la escena. Se aparece al grupo de los Once mientras estaban a la mesa, a quienes primero reprocha que no hayan creído en quienes les anunciaron su resurrección: a María Magdalena y otros dos discípulos. Después los invita a ir por todo el mundo a anunciar la buena noticia a toda creatura; asegura que quien se bautice se salvará y quien no se condenará; que confirmaría sus palabras con señales: expulsar demonios en su nombre, hablar lenguas nuevas, agarrar serpientes y aun beber veneno sin sufrir daño, curar enfermos. Pienso que el mensaje es éste: vivir y compartir la experiencia del Resucitado. Quien experimenta la vida nueva de Jesucristo sabe que nin

Reino y riquezas

Con gusto los saludo nuevamente desde mi casa y centro de estudio y de trabajo en Guadalajara. Ya llegué de donde andaba, se me concedió volver. Me fue muy requetebien. Tuve una pausa en el DF para bautizar a mi sobrinita Arleem el día de ayer, así que tuve la grande fortuna de recibirla en la Iglesia, en nuestra familia de los hijos muy amados de Dios, todo ello bajo la mirada protectora de san José. Hoy la liturgia dominical nos presenta una secuencia narrativa interesante: Marcos 10,17-30. Un hombre muy rico se le acerca corriendo a Jesús, sabe que su vida depende de este encuentro, y le pregunta qué ha de hacer para tener vida eterna, vida plena, vida definitiva, vida de verdad. ("Ésta ya no es vida", suele decir la gente, cuando las cosas no van bien). Para este rico todo parece ir bien. Y sin embargo, su corazón sufre insatisfacción. Algo le falta, algo que no le ha dado el dinero ni tampoco el cumplimiento de la Ley. Todo eso lo ha cumplido, así le dice a

El Dios de la igualdad

Mc 10,2-16 Saludos desde las medievales tierras de Kalisz Polonia. La liturgia de este domingo nos presenta un conocido pasaje del evangelio. Se trata de un pasaje polemico. La escena sucede de camino a Jerusalen, donde Jesus morira entregando su vida a manos de los hombres, pero en las manos amorosas del Padre. Es una escena, pues, que quiere ayudarnos a aprender a ser seguidores de Jesus en el camino de nuestra vida. A Jesus le preguntan los fariseos, ojo, para ponerle una prueba, no para discernir que es lo mejor para vivir. La pregunta es si puede el hombre, el varon, separarse de su esposa por medio de un divorcio unilateral. Jesus pregunta que dice la Ley, es decir, cual la voluntad de Dios. La pregunta de Jesus tambien es muy astuta, pues les deja ver que el posibilidad del hombre para correr a su mujer no es la voluntad de Dios, si no una concesion de Moises para quienes por su duro corazon son incapaces de vivir un matrimonio establemente. Jesus devuelve a la voluntad de Dios:

De envidias y otros demonios

Mc 9,38-48 En una de las escenas anteriores, los seguidores de Jesús no pudieron expulsar a un demonio que atormentaba a un muchacho, por el cual suplicaba su papá. Ahora se enteran que "alguien" expulsa demonios en el nombre de Jesús, pero no es del grupo de sus seguidores. Nos pasa mucho a nosotros situaciones similares, nos da envidia cuando el otro puede hacer lo que yo no pude. Más grave cuando se quiere monopolizar la acción o el amor de Dios, que no se deja encerrar por ningún límite. Grave quien pretende ocupar el lugar de Jesús, quien pretende ser maestro y dejar de ser discípulo; grave, muy grave, que no aceptemos y reconozcamos como don de Dios la vida y las obras de tanta gente buena que no es de nuestro "grupo", sea el que sea. Jesús pide a los suyos dejar que el bien se practique, venga de quien venga. Y sentencia: cuidado con escandalizar a los pequeños, a los niños, a los vulnerables, cuidado, pues, con la arrogancia del poder. ¿Podemo

Jesús y el niño en el centro

Mc 9,30-37 Contrariamente a todo lo que se ha visto de él a lo largo de este evangelio, Jesús ahora no quiere dejarse encontrar. Parece que la urgencia o la necesidad de curar, de ayudar, de perdonar, de dar vida, ha pasado a un segundo plano, para dedicarse a enseñar a sus discípulos. Les enseña oor segunda ocasión que el hijo del hombre tendrá que padecer y morir para resucitar al tercer día. La primera vez, Pedro no comprendió la enseñanza. En esta segunda, el resto tampoco comprende. Y además tienen miedo de preguntar. Van de camino, van siguiendo a Jesús, pero no atinan a seguir sus pasos. Ahora discuten quién es el más importante de todos. Siguen pensando según la lógica del poder. En casa, Jesús cuestiona a los suyos: "¿De qué discutían por el camino?" Callan. ¿Miedo, vergüenza? ¿Será muy aventurado imaginar que están entendiendo que a la muerte de Jesús alguien tiene que ocupar su lugar de líder, y eso es lo que ambiciona su corazón, y que no les importe

Tomar la cruz y seguirlo

Mc 8,27-35 El pasaje del evangelio es bien conocido. Antes de esta escena, Jesús ha curado a un ciego, pero la curación es extraña. Jesús unge con su saliva los ojos del ciego, y el ciego no recupera la vista bien, sino de forma imperfecta y Jesús tiene que volver a tocarlo, sólo entonces ve. Este ciego, el ciego de Betsaida, es símbolo del discípulo. Ha estado con Jesús, lo ha visto dominar la naturaleza con su palabra, y con su palabra vencer al mal y a la enfermedad. Pero no ha comprendido la identidad de Jesús, su ser de Mesías e Hijo de Dios, que sólo revelará plenamente en la cruz. En la escena de hoy, Jesús pregunta: "¿Quién dice la gente que soy?". Le responden sus discípulos: unos que Juan el Bautista, el profeta que denunció el pecado del mundo y fue ajusticiado por el poder de Roma; otros le dicen que Elías, el profeta que no murió, sino que fue arrebatado al cielo; fueron respuestas buenas, alguien pudo haber dicho lo que el lector del evangelio ya

¡Todo lo hace bien!

Mc 7,31-37 Estamos ante una "curiosa" escena de curación. En las escenas del contexto, en este evangelio de Marcos, Jesús se ha movido en territorio de extranjeros, ha compartido el pan, y ha aprendido también a incluir en su mesa a los extranjeros. Apenas en la escena anterior una mujer extranjera le ha pedido las migajas de su pan. En la escena que sigue a la curación, Jesús multiplicará los panes a los extranjeros. Aquella mujer le ha arrebato algo más que migajas. A este evangelista le gusta usar escenas de curación para preparar escenas clave del evangelio. En esta ocasión, la curación es de un hombre sordo y mudo. Es la gente quien lo lleva a Jesús. El enfermo es un ser dependiente, no tiene libertad; lo que sucede en el mundo no lo alcanza, no se entera; apenas puede hablar, si tiene algo que decir, no puede hacerlo. Pero, ¿qué puede decir quien no escucha? Jesús recibe al enfermo que la comunidad le presenta. Lo lleva consigo a un lugar a solas, le int

Pan para los "impuros"

Mc 7,1-23 Escribas y fariseos venidos de Jerusalén a Galilea se escandalizan porque ven a algunos discípulos de Jesús comer con las manos "impuras". Parece lógico el asunto. Quien tiene las manos sucias, se las lava antes de comer. Es higiene de sentido común y nadie lo pone en duda. El problema no es ése. Lo voy a ilustrar con una anécdota que me sucedió en el taller de lectura y redacción que di este verano. En un ejercicio de comprensión, puse una palabra en el pizarrón, una de esas palabras que comúnmente todo mundo escribe mal. Pregunté a los alumnos si la palabra estaba bien escrita, y uno al instante contestó que sí. "¿Por qué?", pregunté. "¡Porque así estoy acostumbrado a escribirla!" Costumbre fue que escribas y fariseos creyeran que Dios se relaciona con los hombres y las mujeres en términos de pureza. Te mantienes lejos de la impureza, te mantienes cercano a Dios; entras en contacto con impureza (hombres enfermos, extranjeros... ),

¿A quién iríamos?

Todo comenzó con mucha gente alrededor de Jesús. Unos cinco mil hombres. Todos comieron del pan partido y compartido por él. Todos, y aún sobró pan. Sobraron doce canastos. Doce. Quisieron hacerlo rey, y él se alejó. Los que lo buscaron para que les diera de comer, no lo entendieron. Él los exhortó a buscar del pan que da vida verdadera. Les pidió que comieran su carne y bebieran su sangre, que aceptaran su vida entregada hasta la muerte, que compartieran su destino. Que dieran su propia vida hasta la muerte. Sus palabras fueron duras. Y, sin embargo, sus palabras, dice él, son espíritu y vida. Partir la propia vida, darse a comer, es la única manera de alcanzar la vida plena en Dios. No le creyeron. Lo abandonaron como se abandona a un loco. Se fueron los que se escandalizaron. Y quedaron, ¡sobraron!, otra vez, doce. ¿Qué pensó Jesús al verse solo, con los mismos de siempre? ¿Qué vio Jesús en las caras de los que le dijeron que su modo de hablar era insoportable? ¿Qué sin

Comer la carne de Jesús, beber su sangre

Comer la carne de Jesús. Beber su sangre. Sin duda, claras referencias a la comunión eucarística. La discusión de Jesús con los judíos luego de la multiplicación de los panes, invita también a pensar en la eucaristía. Pero todo el discurso y la práctica de Jesús en este capítulo 6 del evangelio de san Juan sugieren algo más. Se intuye. Los mismos judíos se preguntan: ¿Cómo puede darnos a comer su carne? Hay que notar que el texto no dice "cuerpo", sino "carne". ¿Cómo beber su sangre, si en la mentalidad judía la sangre es vida y está prohibido beberla porque pertenece a Dios? Y Jesús insiste: " Si no comen mi carne, ni beben mi sangre, no tendrán vida." Ya al inicio del Evangelio se nos dijo que la Palabra de Dios se hizo "carne". Carne es un término más bien usado para cadáveres. Parece, entonces, que Jesús invita a tomar su vida entregada voluntariamente por él hasta la muerte. "Beber su sangre" confirma la misma idea. Com

El hijo de José

¿No es éste el hijo de José? Es pregunta con la que se quiere denigrar a Jesús, en el evangelio de este domingo. Continuamos la lectura del capítulo 6 de san Juan. Recordemos: la multiplicación de los panes, la gente busca a Jesús, y él los confronta: no lo buscan por él, sino por que comieron hasta saciarse, no interpretaron bien el signo. La gente reprocha a Jesús y le pide signos, él se presenta como pan de vida bajado del cielo. Pero la gente no le creo. Si es el hijo de José, ¿cómo dice que ha bajado del cielo? Jesús insiste: soy el pan de vida, bajado del cielo para cumplir la voluntad de quien lo envió, el Padre, y su voluntad es que ninguno se pierda. En el evangelio, la confrontación de Jesús se da con los judíos, dato importante. La pregunta es retórica y la respuesta es sí. Es hijo de José, el carpintero de Nazaret. Pero es un sí que reviste diferentes connotaciones. Sí, es humano; entonces, ¿no ha bajado del cielo? El problema aquí es que no creemos que Dios se

Jesús, Pan de vida

El evangelio de mañana, como el de los próximos domingos, está en continuidad con el evangelio del domingo anterior. Capítulo 6 de san Juan. Léanlo. Recordemos brevemente. A Jesús lo busca una gran cantidad de gente por los signos que hacía con los enfermos; esto es, por la recuperación de vida que proporciona a quienes más necesitan de ella. Le da compasión esa gente que lo sigue. Por eso piensa en alimentarla. Para los Doce (Apóstoles), el dinero sería insuficiente para darles de comer a todos. Un muchacho, pobre, puso cuanto tenía para compartirlo. Jesús tomó los panes y los peces del muchacho, los bendijo y los repartió. Todos comieron hasta saciarse. Pero la multitud quiso proclamar rey a Jesús, y Jesús huyó solo a la montaña. El que comenzó la escena rodeado de una gran multitud, termina solo, incomprendido. Después de esta escena, viene una que la liturgia se brincó "olímpicamente": Los discípulos se alejan del lugar en una barca. Jesús no va con ellos. Es

Cinco panes y dos peces

Lectura del evangelio de Juan. Capítulo 6, lo leeremos en varios domingos, comenzando hoy por el relato de la multiplicación de los panes. La narración comienza con Jesús, rodeado de la gente que lo busca por las curaciones que hacía con los enfermos. Jesús quiere luego darle de comer a la gente, pues lo han seguido todo el tiempo. Sólo que los discípulos objetan que el dinero ganado en medio año no les alcanzaría para darles de comer a todos. Entonces por ahí alguien avisa que un muchacho tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero ¿qué es eso para tanta gente? Jesús toma los panes y los peces, agradece a Dios, los parte y los da. Todos comen lo que quieren y aun sobra. La gente está sorprendida. Sin embargo, la escena no tiene un final feliz: Jesús, se retira solo al monte porque comprende que la gente quiere proclamarlo rey. En esta escena de milagro, algo salió mal, ¿qué? Pienso que aquí de fondo está lo que Fromm llamaba el miedo a la libertad. La gente quería un rey porque quer

Aunque no sea del evangelio.

Este fin de semana, les confieso que no tuve el tiempo de ponerme a orar con el evangelio del domingo. Tuve un retiro de amistad, jajaja. Y en el retiro tuvimos un pequeño homenaje de cuates a dos grandes poetas, Sabines y Benedetti. A cambio de mi lectura del evangelio, les envío este poema del Benedetti. Ni duda que también en la poesía, la verdadera poesía, hay algo de inspiración divina. Digan si no, lean este poema como una interpelación del Señor Jesús a cada uno de nosotros. El evangelio del domingo pasado nos mostró a Jesús enviando a los suyos a la misión. Para mí este es un envío a vivir, y defender el gozo de vivir, a ser solidario como el Dios solidario, a no congelar el júbilo y a no permitir que nadie nos lo arrebate. Saludos y feliz fin de semana. No te salves No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rin