Ir al contenido principal

El Dios que se estremece

En el evangelio de este domingo, Jesús recibe a sus doce apóstoles, a los que había enviado a compartir su misión evangelizadora. Cuando regresan, Jesús los invita a descansar, pero la gente los reconoce y se les acerca. Jesús ve a la muchedumbre, y sus entrañas se estremecieron, porque eran como ovejas sin pastor. Jesús se estrameción, se compadeció (padeció con la muchedumbre).

A sus ovejas, un pastor las alimenta. ¿Qué siente Dios cuando ve que a sus hijos, que son iguales, que valen lo mismo, y a los que quiere igual, no comen, sin embargo, lo mismo, no se nutren igual; que muchos, ni siquiera saben si comerán mañana? ¿Qué siente Dios cuando ve que no todos sus hijos se alimentan de educación, de cultura, de deporte, de respeto, de dignidad? ¿Qué siente Dios cuando sus hijos no tienen lo mínimo para vivir como lo que son, hijos de Dios? Como a Jesús, se le estremecen las entrañas.

A sus ovejas, un pastor las orienta. ¿Qué siente Dios cuando ve que a sus hijos les falta rumbo, que a su pueblo el gobierno, los políticos, los líderes de opinión no les trazan un rumbo cierto, no los ayudan a entender su realidad? ¿Qué siente Dios cuando en casa no se sabe ya qué hacer ante la crisis, qué decidir, por dónde caminar? ¿Qué siente Dios cuando las figuras públicas "venden" una imagen de placer sexual, de consumo desenfrenado para "ser feliz"? Como a Jesús, se le estremecen las entrañas.

A sus ovejas, un pastor las defiende. ¿Qué siente Dios cuando nuestras calles están secuestradas por la violencia, el narco, la prostitución, el asalto? ¿Qué siente Dios cuando ve a sus hijos más pequeños, los niños, abusados sexualmente, muertos en la guardería de Sonora y a sus madres en silencio exigiendo justicia para que la indefesión no sea más consecuencia de la corrupción y la impunidad? ¿Qué siente Dios ante la indefensión de la gente que hoy duerme en una calle y mañana en una banca de parque? Como a Jesús, se le estremecen las entrañas.

¿Qué siente Dios, cuando ante todas estas situaciones la gente se pregunta: "¿dónde está Dios?", "¿por qué Dios no me escucha?" Esta semana algunos de ustedes me dijeron: "Tú que estás más cerca de Dios, dile..."; "a ti que te escucha Dios, pídele por mí..." Mentira. Dios está tan cerca de mí como de ustedes. Los escucha a ustedes igual que a mí. Porque somos sus hijos, y nos quiere igual. Pero Dios es Papá, no mago. No todo lo puede resolver. No es bueno creernos alejados de Dios. No es justo para Dios creerlo lejano, porque esto ofende su amor de Padre. Dios está siempre con nosotros, y cuando algo nos duele, a Él se le estremecen las entrañas, y padece con nosotros.

Dios no pudo evitar la cruz de su Hijo. Él no lo crucificó. Él lo bajó de la cruz y le dio la Vida Plena. El Dios que se estremece siempre termina por dar Vida Plena. Que el dolor, la desesperación, no destruyan esta certeza de fe, de amor y de esperanza.

Un abrazo, y nuevamente desde Guadalajara, feliz semana.

Miguel Angel, mj

Comentarios

Entradas populares de este blog

El cántaro de la samaritana

Juan 4,5-42 La historia de una mujer samaritana que carga con su cántaro, su vergüenza, y su frustración. Sale a medio día, con el sol en plenitud. Arrastra el peso del calor, no puede salir como las demás mujeres muy temprano porque todos la señalan; después de cinco maridos, vive con un sexto varón, así que para el pueblo es una prostituta cualquiera. Cansado del camino, en su viaje por Samaría, Jesús se sienta junto al pozo de Jacob. Sediento y sin cántaro, ve con alivio la llegada de una mujer que se acerca para sacar agua. "Dame de beber", le dijo. Y ella se sorprende. Los varones no hablan a las mujeres en público, mucho menos un judío a una mujer pagana. "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, ¡tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva!," le respondió Jesús, que ve con el corazón de Dios, y por eso siempre ve en todos a un hermano. "¿Eres más importante que nuestro padre Jacob?" Ella siguió el diálogo, y

San Jorge Bendito

Mateo 28,16-20 Un día se puso Guille enfrente de Mafalda cubierto todo por una sábana: "¡Buuuuhhhh...! ¡El fantazmaaaaaaa!" Y en un instante fugaz sólo se vio la mano de su mamá y una voz tronante: "¡Péeeeero la sábana limpia, caramba! ¡Trae para acá!" Y luego de un segundo en el que tratan de asimilar el susto, Mafalda acaricia la cabeza de Guille diciéndole: "Los fantasmas no se sabe, pero que las mamás existen, ¡existen, Guille, existen!" Dios existe. Dicen que san Jorge bendito no. Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, salieron del santoral y, por lo tanto, del calendario litúrgico, varios santos cuya existencia era más bien legendaria. Entre ellos estaba san Jorge bendito, el matadragones, patrono de Inglaterra. San Jorge fue un mártir cristiano del siglo IV; soldado romano hijo de madre cristiana quien, tras la muerte de su esposo, educó a su hijo en la fe, el cual habría muerto decapitado el 23 de abril del año 303 tras el decret

Bartimeo

Mc 10 46-52 Esta secuencia narrativa muestra la curación de Bartimeo, un limosnero ciego de Jericó; vive de la compasión que despierta entre la gente. Jesús ha entrado en Jericó, no se dice cuáles son acciones ahí, suponemos que las mismas que le hemos visto a lo largo de todo el evangelio: curar, perdonar, incluir, compartir, enseñar. Es lógico que su fama se extienda, y que llegue hasta Bartimeo. Él es el protagonista de esta secuencia, nos importa su caracterización. Por eso es importante su nombre, tan importante que el evangelista debe traducirlo a su público. Bartimeo es un nombre arameo, que traducido al griego, lengua en que se escribió el evangelio, significa hijo de Timeo. Pero como Timeo es un nombre griego, Marcos no tiene necesidad de traducirlo; Timeo significa: Honorable, Digno. Bartimeo es el "Hijo del Honorable". En su nombre está la burla de su condición: siendo Hijo del Honorable, vive marginado (a la orilla del camino), postrado (sentado),