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El Cordero de Dios o el chivo expiatorio

Juan 1, 29-34

La escena está casi al inicio del cuarto Evangelio, y es la primera en la que aparece Jesús, tras la presentación de Juan el Bautista y de su ministerio. Se trata de la escena del bautismo de Jesús, que recordamos la semana pasada, sólo que ahora no se menciona el hecho de que Juan haya bautizado a Jesús, quizá a los primeros seguidores del Maestro no les gustaba imaginarse a Jesús recibiendo un bautismo para el perdón de los pecados, y sólo vemos a Juan presentándolo, diciendo: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo." Después dirá que ha visto descender sobre él al Espíritu Santo, que bautizaría no con agua, sino con Espíritu Santo, y que era el Hijo de Dios.

La figura del Cordero de Dios no es cualquier figura. Se trata quizá de uno de los signos religiosos más importantes del judaísmo. El cordero es la cena de la noche de Pascua, la noche de la libertad, la cena con la que el pueblo hebreo recordaba que había dejado de ser un puñado de esclavos, para ser ahora un pueblo y pueblo de Dios. La historia la encontramos en el libro del Éxodo.

En el libro del Levítico, sin embargo, encontramos otro desarrollo de la figura del cordero. Se trata del chivo expiatorio. El pueblo judío tenía una día muy solemne para pedir perdón a Dios por los pecados cometidos. En ese día, se presentaban al sacerdote en el santuario dos chivos, que se sorteaban, uno sería para el Señor, y otro para Azazel. El chivo del Señor era sacrificado para la expiación de los pecados. El otro chivo era presentado vivo, el sacerdote imponía sus manos sobre él y confesaba los pecados del pueblo; después este chivo era enviado al desierto, llevando consigo los pecados perdonados por Dios.

De aquí surgió la costumbre de llamar "chivo expiatorio" a la persona sobre quien se echaba la culpa de faltas que habían cometido otras personas. Lo terriblemente trágico es que el mecanismo del chivo expiatorio explica muchas de nuestras conductas y actitudes. Sigue sin gustarnos asumir las propias responsabilidades, con todas sus consecuencias. Nos sigue siendo más fácil tener a quien culpar de lo que no sale bien, según nuestras conveniencias. De este modo, terminamos violentando y excluyendo a nuestros "chivos expiatorios", que generalmente son quienes viven bajo el sello de lo diverso: los distintos, los de otras ideas, otros gustos, los que no son como yo, los que no piensan como yo, los que no comparten mis valores; y generalmente son también parte de las minorías, de los que no tienen la fuerza ni la voz de la mayoría. Porque son pocos y distintos, son los culpables de nuestros males, porque siempre son los inconformes, los revoltosos, los inadaptados... Antes se decía que hasta por su culpa temblaba. Pero siempre son los otros.

El otro chivo, el que no era arrojado al desierto, tampoco tenía un final feliz: sacrificado por el perdón de los pecados, la violencia como mecanismo para recuperar la paz. No suena lógico, a menos que Dios fuera un dios cruel, violento y sanguinario. ¿Con cuál de estos dos chivos hay que comparar a Jesús como Cordero de Dios? Pienso que con los dos y con ninguno. Con los dos en cuanto, efectivamente, murió violentamente, como chivo expiatorio, para mantener el orden social establecido por el imperio de Roma; crucificado en las afueras de Jerusalén, fue excluido del mundo de los "puros", de lo sagrado, de los vivos.

Con ninguno, en el sentido de que Jesús no murió para aplacar con su sangre la ira de Dios. La total aceptación de su pasión y muerte, su negativa a responder con violencia a la violencia de la persecución y de la cruz, la absoluta gratuidad de su perdón, muestran que no fue la violencia de Dios, sino la del ser humano, la que lo llevó a la muerte. La resurrección, por su parte, muestra la recuperación que el Padre hizo del Hijo violentado y excluido. La resurrección es la fuerte protesta de Dios, su total invalidación ante el mecanismo del chivo expiatorio. Dios no quiere chivos expiatorios. Dios quiere que todos sus hijos se sienten a la misma mesa, sin exclusiones, y en fraternidad, sin violencia, compartan la misma comida, la misma copa, la misma vida.

La presentación de Jesús por parte del Bautista parece decir: "¡Éste es el Cordero de Dios!, no es el chivo expiatorio de los humanos!" En él no hay violencia ni exclusión, hay perdón gratuito, reconciliación, inclusión, comunión, respeto y aprecio por lo distinto, por lo que de Dios y de su amor hay en cada uno de los seres humanos, hechos todos a su imagen y semejanza.

Comentarios

  1. "Con ninguno, en el sentido de que Jesús no murió para aplacar con su sangre la ira de Dios"

    Esta afirmacion esta erronea, Jesus SI murio para Aplacar la Ira de DIOS sobre aquellos a los que DIOS les ha dado arrepentimiento y perdonde de Pecados, para todo aquel que Realmente Cree la Ira del DIOS Santo es quitada porque JESUS recibio todo el Peso de la Ira de DIOS, bebio la copa de la Ira que estaba preparada para los que hemos Creido, pero DIOS derramara su Ira al final de los tiempos sobre todos aquellos que no se arrepintieron de sus Pecados y corrieron a esconderse en la Justicia de CRISTO.

    DIOS el Padre no estaba en un rincon del cielo llorando la muerte de su Hijo viendo como los terribles hombres lo mataban, claro que ellos fueron culpables, pero el DIOS Soberano estaba ordenando todo para cumplir su voluntad, para que DIOS pudiese ofrecer un PERDON tenia que SATISFACER SU JUSTICIA!!! asi que como dice en Isaías 53:10
    “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada."

    DIOS mismo quiso quebrantarlo y DIOS el Hijo dijo AMEN yo ire por ellos, por eso podemos apreciar con mas hermozura la GRACIA de DIOS!!! ya que el nos Perdono derramando todo su JUSTA IRA sobre JESUS sin una GOTA de Misericordia para que nosotros podamos tener Misericordia sin una Gota de su IRA Santa...

    Sin derramamiento de Sangre, NO HAY PERDON de Pecados, EL JUSTO DEBIA MORIR por los Insjustos....

    DIOS es SOberano, la muerte en la CRUZ fue un PLAN DIVINO!!!! aunque el hombre es responsable por haber Matado al Autor de la Vida como lo dice en Hechos...


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  2. Hola!!! Que interesante artículo!!! Ambos puntos de vista un muy valiosos.. Solo deseo aportar que aunque SI sufrió la muerte en la Cruz nuestro Señor Jesucristo y estaba la Ira de Dios sobre El por todos nuestros pecados debo trae a la mente que su palabra dice que nadie le quita la vida sino que el la pone, entonces cual sacrificio??? El calculo el costo de tan gran empresa que nunca jamás se vol era a repetir y sin embargo aún a pesar del oprobio valió, vale y valdrá la pena este sacrificio hecho por AMOR en su más profundo sentido para obtener el perdón por todos nuestros pecados. Me refiero a TODOS, aquellos que confesamos porque en nuestras fuerzas "podemos" restaurar al ofendido si se le puede decir así pero como restaurar aquellos que exceden todo entendimiento? Solo el perfecto AMOR puede hacer esta obra. Jesucristo fue a la Cruz a pesar de que sabría que aún con todo ello muchos no lo comprenderían. El de el es una AMOR sufrido. Bendito sea Jehova por los siglos de los siglos!!!

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