Ir al contenido principal

El Dios de las mujeres.

El evangelista Marcos (5,21-43) nos presenta este domingo una doble escena; o mejor, una escena dentro de otra. En la primera, Jairo jefe de la sinagoga pide a Jesús curar a su hija, de doce años, que está muy grave. Durante el camino, una mujer anónima, que padece flujo de sangre desde hace doce años y que ha gastado su fortuna en médicos, toca por detrás y sigilosamente el manto de Jesús, quedando sanada al instante. Jesùs responde que ha sido su fe. En ese momento, enviados de la casa de Jairo avisan que su hija a muerto. Jesús pide a Jairo tener fe. Sigue su camino a casa de éste, donde la gente se burla de Jesús cuando les avisa que la niña sólo está dormida. Entra él con los padres, y con ternura y delicadeza le pide que se levante. Ella se levanta.

El texto, aunque presenta a Jesús como Señor por encima de la enfermedad y de la muerte, tiene otros mensajes más importantes. Un bueno judío daba, entre otras cosas, gracias a Dios por "no haber nacido mujer". Una mujer no era dueña ni de sí misma. Una mujer era posesión de su padre, o de su marido, o de su hijo, si enviudaba, o de su cuñado, si moría su esposo sin haber procreado. Una mujer era una posesión más del varón, lo mismo que los animales o los objetos de casa. En el Templo de Jerusalén las mujeres tenían la entrada restringida. En las sinagogas, no contaban. Además, una mujer en sus días de menstruación era impura, y contaminaba a todo lo que estuviera en contacto con ellas. Evidentemente, tenía prohibido ir al templo o a la sinagoga en esas circunstancias. Una mujer sólo era valiosa por los hijos que tenía, mejor si eran varones.

En una cultura así, una mujer que llevaba12 años con flujo de sangre es una mujer marginada, excluida, proscrita por la sociedad, vista por todos como fuente de contaminación; no puede ser madre, no es querida por nadie, no puede entrar en ninguna parte, no puede tocar a nadie. Por eso, la mujer del evangelio se conforma con tocar el manto de Jesús, si toca a Jesús le contagiaría su impureza. Una niña de 12 años está a punto de ser mujer. Está por dejar de ser propiedad del papá y saldrá a un lugar distinto a ser propiedad de un varón, al que quizá no ame. Predicar el amor en una sociedad así no era un romanticismo hippy.

Los milagros de Jesús en estas escenas tienen un sentido claro: la rehabilitación de la dignidad de la mujer dentro de la comunidad. La que ha padecido el dolor de algo peor que no ser nadie, puede vivir en paz. Dios no la ha rechazado, en Jesús ha encontrado la curación de no haber sido amada, comprendida, compadecida, respetada, aceptada. Rehabilitada. Una niña de 12 años que muere es la protesta del evangelio ante una sociedad y una religión que "mataba" en vida a sus mujeres. En Jesús, y gracias a Él, toda mujer puede ponerse de pie, es alguien, merece ternura y respeto, es digna, ¡puede vivir, como lo que es, hija de Dios!

Mujeres: ¡Dense a respetar, la libertad y la dignidad es el proyecto de Dios para ustedes!

Un abrazo y feliz semana para todos, especiamente a las que son ellas.

Miguel Angel, mj

Comentarios

Entradas populares de este blog

El cántaro de la samaritana

Juan 4,5-42 La historia de una mujer samaritana que carga con su cántaro, su vergüenza, y su frustración. Sale a medio día, con el sol en plenitud. Arrastra el peso del calor, no puede salir como las demás mujeres muy temprano porque todos la señalan; después de cinco maridos, vive con un sexto varón, así que para el pueblo es una prostituta cualquiera. Cansado del camino, en su viaje por Samaría, Jesús se sienta junto al pozo de Jacob. Sediento y sin cántaro, ve con alivio la llegada de una mujer que se acerca para sacar agua. "Dame de beber", le dijo. Y ella se sorprende. Los varones no hablan a las mujeres en público, mucho menos un judío a una mujer pagana. "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, ¡tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva!," le respondió Jesús, que ve con el corazón de Dios, y por eso siempre ve en todos a un hermano. "¿Eres más importante que nuestro padre Jacob?" Ella siguió el diálogo, y

San Jorge Bendito

Mateo 28,16-20 Un día se puso Guille enfrente de Mafalda cubierto todo por una sábana: "¡Buuuuhhhh...! ¡El fantazmaaaaaaa!" Y en un instante fugaz sólo se vio la mano de su mamá y una voz tronante: "¡Péeeeero la sábana limpia, caramba! ¡Trae para acá!" Y luego de un segundo en el que tratan de asimilar el susto, Mafalda acaricia la cabeza de Guille diciéndole: "Los fantasmas no se sabe, pero que las mamás existen, ¡existen, Guille, existen!" Dios existe. Dicen que san Jorge bendito no. Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, salieron del santoral y, por lo tanto, del calendario litúrgico, varios santos cuya existencia era más bien legendaria. Entre ellos estaba san Jorge bendito, el matadragones, patrono de Inglaterra. San Jorge fue un mártir cristiano del siglo IV; soldado romano hijo de madre cristiana quien, tras la muerte de su esposo, educó a su hijo en la fe, el cual habría muerto decapitado el 23 de abril del año 303 tras el decret

Bartimeo

Mc 10 46-52 Esta secuencia narrativa muestra la curación de Bartimeo, un limosnero ciego de Jericó; vive de la compasión que despierta entre la gente. Jesús ha entrado en Jericó, no se dice cuáles son acciones ahí, suponemos que las mismas que le hemos visto a lo largo de todo el evangelio: curar, perdonar, incluir, compartir, enseñar. Es lógico que su fama se extienda, y que llegue hasta Bartimeo. Él es el protagonista de esta secuencia, nos importa su caracterización. Por eso es importante su nombre, tan importante que el evangelista debe traducirlo a su público. Bartimeo es un nombre arameo, que traducido al griego, lengua en que se escribió el evangelio, significa hijo de Timeo. Pero como Timeo es un nombre griego, Marcos no tiene necesidad de traducirlo; Timeo significa: Honorable, Digno. Bartimeo es el "Hijo del Honorable". En su nombre está la burla de su condición: siendo Hijo del Honorable, vive marginado (a la orilla del camino), postrado (sentado),