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"Algo que me alivie un poco más"

Mateo 4,12-23

Cualquiera que guste del buen cine mexicano, recordará sin duda La dictadura perfecta, del año 2014, escrita y dirigida por Luis Estrada y protagonizada por Damián Alcázar, en la que se nos cuenta la historia del Gobernador Carmelo Vargas, su manejo de la política, y la campaña orquestada por una televisora para encumbrarlo en la presidencia de la República. Amén de todo lo que en la película pueda reflejar el mundo de la política nacional, lo que ahora me hace recordar la película es lo que se podría llamar el "detrás de las cámaras" de los políticos de la cinta: aquellas escenas en la que fuera de las cámaras y de la presencia de la prensa, los políticos muestran lo que de verdad piensan de sus gobernados, los verdaderos valores e intereses que persiguen, lo que de verdad hay detrás de cada una de sus palabras y de sus acciones como figuras públicas. 

Esta semana nos enteramos de un crimen contra la humanidad: el de los políticos de Veracruz que se embolsaron al menos 109 millones destinados a la compra de quimioterapias para niños con cáncer, a los que, en cambio, se les suministró agua destilada, a consecuencia de lo cual murieron al menos ocho niños en hospitales públicos de Veracruz, sin que sepamos a ciencia cierta cuántos más murieron sus casas por no haber recibido el tratamiento médico que supuestamente estaban recibiendo. Fue una acción dolosa y deliberada, según lo que se sabe, ¿qué pensaban los políticos cuando tomaron esa decisión?, ¿qué había y qué hay en su corazón?, ¿con qué cara veían a sus hijos, que en nada se diferenciaban de los niños enfermos, salvo en el hecho de ser pobres y no ser influyentes? A mí es algo que particularmente me ofende, me insulta y me lastima. Muchos de esos niños podrían haberse salvado, sus padres los llevarían a recibir su tratamiento con dolor pero con la firme esperanza de que podrían curarse, cuando en un escritorio ya se había decretado su abandono ante la muerte.

La narración del evangelio sobre la vida pública de Jesús comienza también con la decisión de un político que devendrá en una muerte injusta: el arresto de Juan el Bautista por parte del rey Herodes. A Juan no lo arrestó y más tarde ejecutó Herodes simplemente por señalar al Cordero de Dios, sino por sus constantes denuncias de la corrupción en que había caído Herodes, que a las claras iban en contra de la voluntad de Dios para su pueblo. Hoy diríamos que no había libertad de expresión ni democracia, se trata de categorías actuales, pero pareciera de pronto que no ha cambiado mucho la sociedad desde entonces. La acción de Jesús comienza a desarrollarse como una reacción de Jesús ante el arresto de Juan: decide retirarse al norte, Galilea, desde Judea, al sur. Se trata de un verbo de estrategia militar: retirarse, más que huir. ¿Por qué se retiró Jesús?, ¿consideraba la posibilidad de que su vida corriera peligro?, ¿buscaba un lugar lejano en el cual reflexionar qué era lo mejor que podía hacer, dado el contexto en que vivía?

En todo caso, las acciones de Jesús no serán de confrontación con Jerusalén, sino el despliegue de la misericordia en Galilea. El evangelista contará con esperanza esta historia, citando al profeta Isaías: "Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí... el pueblo que habitaba en tinieblas vio una gran luz; a los que habitaban en una región de sombra de muerte, una luz les brilló." Nuestra historia se ve oscura, sombría, un mundo convulso, dice en sus poemas el profesor Alfredo Aldama, una región de sombras de muerte, dice el evangelio. Pero la atención recae en la luz que brilla por encima de ellos. La luz es Jesús y su evangelio; Jesús y su misericordia. La cita no es inocente, recuerda que la tierra es de los hijos de Dios, Zabulón y Neftalí, no de Roma. Contar que Jesús camina a la orilla del lago y llama a dos parejas de hermanos a seguirlo es un gesto profético, de liberación, ellos no son, como piensa Roma, propiedad del imperio, ellos son hijos de Dios y, por lo tanto, su destino es la libertad. Para Roma, el imperio era dueño de mar y tierra y cuanto había en ellos, incluyendo a los seres humanos. No es así para Jesús. Jesús los invita a caminar detrás de él, no detrás del poder o del dinero, sino sólo detrás de él, a su manera, volteando a ver a los de abajo, a los burlados, a los humillados, a los empobrecidos. Un día dijo Susanita a Mafalda en la calle: "¡Oh-oh! ¡Una cana! ¡Qué emoción, seguro que es de un ejecutivo, los ejecutivos tienen canas en las sienes!" Replicó Mafalda: "Bueno... ¿por qué no podría ser también de un pobre viejito jubilado?" "Porque la vida es linda para arriba y no para abajo, ¡zanahoria!", zanjó Susanita.

Dice en sus poemas don Alfredo: "Si muere un hombre, mueren todos los hombres." Lo que pasó en Veracruz nos ha pasado a todos, a nosotros y a nuestros niños. Si eso no nos duele y no nos insulta,  si esto no nos afrenta a todos, nuestra indiferencia nos hace cómplices y la pregunta que se impone es: qué sigue. Es cierto que podemos sentirnos rebasados, con miedos y dudas, pero el evangelio nos invita a sentir esperanza: la luz sigue brillando para los postrados, para los que yacen en tinieblas; y misericordia, algo podemos hacer por los demás, aunque sea poco. Aunque la compasión nunca es poca cosa, sentir misericordia no es poca cosa; descubrir que el sentido de la vida no está en lo que podamos comprar en los grandes almacenes no es poca cosa; descubrir que la Eucaristía es una comida porque Dios quiere que todos sus hijos coman no es poca cosa; sabernos una sola familia no es poca cosa; los niños pobres, burlados, defraudados y muertos de Veracruz no son poca cosa, se trata de hijos de Dios. Por ellos y por nosotros, que también lo somos, vale la pena romper la tiniebla de la indiferencia y hacernos luz, aunque sea pequeña a partir de la compasión, a la manera de Jesús, entre los últimos de nuestras muchas galileas sin caer en el desánimo de que es poco lo que podemos hacer. Siempre valdrá la pena recordar los versos de Fito Paéz: "Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón... Y te daré todo y me darás algo, algo que me alivie un poco más."


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