Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2009

Cinco panes y dos peces

Lectura del evangelio de Juan. Capítulo 6, lo leeremos en varios domingos, comenzando hoy por el relato de la multiplicación de los panes. La narración comienza con Jesús, rodeado de la gente que lo busca por las curaciones que hacía con los enfermos. Jesús quiere luego darle de comer a la gente, pues lo han seguido todo el tiempo. Sólo que los discípulos objetan que el dinero ganado en medio año no les alcanzaría para darles de comer a todos. Entonces por ahí alguien avisa que un muchacho tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero ¿qué es eso para tanta gente? Jesús toma los panes y los peces, agradece a Dios, los parte y los da. Todos comen lo que quieren y aun sobra. La gente está sorprendida. Sin embargo, la escena no tiene un final feliz: Jesús, se retira solo al monte porque comprende que la gente quiere proclamarlo rey. En esta escena de milagro, algo salió mal, ¿qué? Pienso que aquí de fondo está lo que Fromm llamaba el miedo a la libertad. La gente quería un rey porque quer

Aunque no sea del evangelio.

Este fin de semana, les confieso que no tuve el tiempo de ponerme a orar con el evangelio del domingo. Tuve un retiro de amistad, jajaja. Y en el retiro tuvimos un pequeño homenaje de cuates a dos grandes poetas, Sabines y Benedetti. A cambio de mi lectura del evangelio, les envío este poema del Benedetti. Ni duda que también en la poesía, la verdadera poesía, hay algo de inspiración divina. Digan si no, lean este poema como una interpelación del Señor Jesús a cada uno de nosotros. El evangelio del domingo pasado nos mostró a Jesús enviando a los suyos a la misión. Para mí este es un envío a vivir, y defender el gozo de vivir, a ser solidario como el Dios solidario, a no congelar el júbilo y a no permitir que nadie nos lo arrebate. Saludos y feliz fin de semana. No te salves No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rin

Dios cotidiano

La cita del evangelio de este domingo es de san Marcos, 6,1-6. Es aquel pasaje en que Jesús regresa a su pueblo, a la casa familiar, con los amigos, parientes y vecinos de toda la vida. De ahí salió a comunicar con obras y palabras que el reinado de Dios estaba llegando. Ha mostrado su poder sobre la naturaleza, calmando la tormenta; sobre el mal, expulsando demonios; sobre la enfermadad y aun sobre la muerte; ha perdonado pecados. Ahora vuelve a casa. Pero en su pueblo no creen en él. Y la gente, su gente, se pregunta de dónde le ha venido tal fuerza y poder; a éste, un carpintero cualquiera a quien conocen desde niño, y lo mismo a su familia. Ante el desprecio de los de su pueblo, Jesús se admira por su falta de fe. Si Jesús quedó sorprendido, quiere decir que él no se esperaba esta respuesta negativa. El prejuicio contra aquél a quien "más conocemos" no es aquí, pienso yo, el problema. El gran problema es otro, y es anterior, más grave. Dudar, desconfiar, menos