Lucas 2,16-21 Estamos ante el final de la escena del nacimiento de Jesús, y la escena de su circuncisión, tenida, como marcaba la Ley, a los ocho días del nacimiento. El día 1o de enero la Iglesia celebra la fiesta de María, Madre de Dios. La maternidad divina es el primero de los dogmas marianos; y más que un dogma mariano, es un dogma cristológico, lo que estaba en disputa en aquellos primeros años de cristianismo era si Jesús era o no Dios. Comprender la naturaleza del ser y la vida de Jesús no es fácil aún hoy; mucho menos lo fue para sus padres, María y José. La coincidencia de la fiesta de María Madre de Dios con el Año Nuevo me suscita algunas reflexiones, a partir del dato que nos da el evangelista Lucas hacia el final de la escena de navidad. Luego del azaroso nacimiento de Jesús en un establo de Belén, como consecuencia del censo ordenado por el César, el canto de los ángeles y la adoración de los pastores, Lucas nos dice que María guardaba todas estas cosas en su corazón. Gu