Es un mal sueño largo, una tonta película de espanto, un túnel que no acaba lleno de piedras y de charcos. Palabras de Jaime Sabines sobre la muerte de su padre. Palabras que describen la experiencia de la muerte, de cualquiera cuando se nos muere alguien a quien amamos mucho. Fue también sin duda la experiencia de los discípulos de Jesús. Vinieron de Galilea a Jerusalén para acompañarlo, con la expectativa de la llegada inminente del Reino de Dios. Pero algo pasó. Algo como un mal sueño largo, como una tonta película de espanto, como un túnel que no acaba, lleno de piedras y de charcos, por el que apenas pudieron caminar. Apenas hacía unos días lo vieron lleno de fuerza derribando los puestos en el Templo, mañana tras mañana y tarde tras tarde lo vieron disputar en el Templo con herodianos y fariseos, también con los saduceos, alabó a una pobre viuda que en dos moneditas dio más que cualquiera. Y ahora estaba muerto. Muerto y en un sepulcro. Ellos lo llamaban Maestro. H