Ir al contenido principal

Transfiguración: escuchar a Jesús

Marcos 9,2-10

La escena es conocida como la Transfiguración de Jesús. En ella, Jesús sube a un monte con Pedro, Santiago y Juan. Ya en la montaña, Jesús se transfiguró y su vestidura se puso blanca como la nieve; también se aparecieron Moisés y Elías, los representantes de todo el AT, conocido generalmente como "la Ley (Moisés) y los Profetas (Elías). Estaban tan asustados, que Pedro quería hacer allí tres chozas para los ilustres personajes, y quedarse ahí con ellos para siempre. Entonces vino una nube del cielo, de dónde más, y se oyó una voz que decía: "Éste es mi hijo, escúchenlo". De pronto, todo había pasado y ya sólo estaba Jesús, que les prohibió a sus amigos contar lo sucedido hasta que hubiera resucitado.

A mí no me acaba de convencer la explicación del narrador, sobre el hecho de que Pedro quisiera quedarse ahí ¡porque estaba asustado! Lo cierto es que Pedro no comprendía bien lo que estaba pasando, como no comprendió al momento la curación de su suegra; tampoco entendió, en la escena inmediatamente anterior a ésta, el anuncio que Jesús hizo de su pasión, muerte y resurrección, ¡y Jesús lo llamó Satanás! Jesús hará un segundo anuncio y a continuación veremos a Juan presumiendo a Jesús que vieron a uno que expulsaba demonios en su nombre y que se lo habían prohibido porque no era de su grupo, cosa que molestó a Jesús, la prohibición, no  la expulsión de demonios. Habrá un tercer anuncio y ahora serán Santiago y Juan quienes mostrarán que no han comprendido a Jesús, pues disputarán para sí los primeros lugares en el Reino de Dios.

Es significativo que sean Pedro, Santiago y Juan los testigos de la Trasnfiguración. En el evangelio, ellos son los primeros a los que Jesús llamó a seguirlo, junto con Andrés, el hermano de Simón, ¡son sus discípulos más antiguos y más cercanos y ni ellos entienden de qué se trata el seguir a Jesús! Tras el primer anuncio de la pasión, muerte y resurrección, Jesús invitó a sus discípulos a tomar la cruz y dar la vida por la Buena Noticia. ¡Y la buena noticia es que está llegando el Reino de Dios y es posible el cambio en nuestra vida!

La escena que sigue inmediatamente a la Transfiguración es la expulsión de un demonio que atormenta la vida de un muchacho, llevada a cabo por Jesús tras los intentos fallidos de sus discípulos. Todos estos elementos me hacen entender la escena de la Transfiguración desde el centro de la misma, desde la voz que nos pide escuchar a Jesús. Hay que entender que el camino del seguimiento implica esfuerzo, no para soportar el dolor, sino para combatirlo. Escuchar a Jesús y entender que en Él Dios se ha acercado a nosotros desde la compasión y la misericordia, no desde el poder. Que entender a Jesús desde el poder es no entenderlo. Que la gloria del poder nos deslumbra, mientras que la gloria de la cruz, que es misericordia, asusta. Escuchar a Jesús y entender que puede ser grata y confortante la contemplación de Jesús y el recogimiento, pero la vida se compone de momentos de lucha y esfuerzo, de momentos en los que la realidad misma nos desafía a verla con compasión y acercarnos a ella misericordia. De lo contrario, el Reino no habrá llegado a nosotros, y seguiremos siendo testigos del avance del dolor, la corrupción, la violencia y la injusticia. 

Escuchar a Jesús en su Palabra; escucharlo en el indigente, en el necesitado; escucharlo en la propia vida y en la propia historia; escucharlo y bajar al dolor de la humanidad. Lo que pide el Padre, lo que espera Jesús, en la escena de la Transfiguración.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Bartimeo

Mc 10 46-52 Esta secuencia narrativa muestra la curación de Bartimeo, un limosnero ciego de Jericó; vive de la compasión que despierta entre la gente. Jesús ha entrado en Jericó, no se dice cuáles son acciones ahí, suponemos que las mismas que le hemos visto a lo largo de todo el evangelio: curar, perdonar, incluir, compartir, enseñar. Es lógico que su fama se extienda, y que llegue hasta Bartimeo. Él es el protagonista de esta secuencia, nos importa su caracterización. Por eso es importante su nombre, tan importante que el evangelista debe traducirlo a su público. Bartimeo es un nombre arameo, que traducido al griego, lengua en que se escribió el evangelio, significa hijo de Timeo. Pero como Timeo es un nombre griego, Marcos no tiene necesidad de traducirlo; Timeo significa: Honorable, Digno. Bartimeo es el "Hijo del Honorable". En su nombre está la burla de su condición: siendo Hijo del Honorable, vive marginado (a la orilla del camino), postrado (sentado),

El cántaro de la samaritana

Juan 4,5-42 La historia de una mujer samaritana que carga con su cántaro, su vergüenza, y su frustración. Sale a medio día, con el sol en plenitud. Arrastra el peso del calor, no puede salir como las demás mujeres muy temprano porque todos la señalan; después de cinco maridos, vive con un sexto varón, así que para el pueblo es una prostituta cualquiera. Cansado del camino, en su viaje por Samaría, Jesús se sienta junto al pozo de Jacob. Sediento y sin cántaro, ve con alivio la llegada de una mujer que se acerca para sacar agua. "Dame de beber", le dijo. Y ella se sorprende. Los varones no hablan a las mujeres en público, mucho menos un judío a una mujer pagana. "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, ¡tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva!," le respondió Jesús, que ve con el corazón de Dios, y por eso siempre ve en todos a un hermano. "¿Eres más importante que nuestro padre Jacob?" Ella siguió el diálogo, y

San Jorge Bendito

Mateo 28,16-20 Un día se puso Guille enfrente de Mafalda cubierto todo por una sábana: "¡Buuuuhhhh...! ¡El fantazmaaaaaaa!" Y en un instante fugaz sólo se vio la mano de su mamá y una voz tronante: "¡Péeeeero la sábana limpia, caramba! ¡Trae para acá!" Y luego de un segundo en el que tratan de asimilar el susto, Mafalda acaricia la cabeza de Guille diciéndole: "Los fantasmas no se sabe, pero que las mamás existen, ¡existen, Guille, existen!" Dios existe. Dicen que san Jorge bendito no. Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, salieron del santoral y, por lo tanto, del calendario litúrgico, varios santos cuya existencia era más bien legendaria. Entre ellos estaba san Jorge bendito, el matadragones, patrono de Inglaterra. San Jorge fue un mártir cristiano del siglo IV; soldado romano hijo de madre cristiana quien, tras la muerte de su esposo, educó a su hijo en la fe, el cual habría muerto decapitado el 23 de abril del año 303 tras el decret