La mañana del pasado sábado 29 de diciembre leí la columna de Jorge Ramos, publicada por Reforma , llamada “El cielo y los superhumanos”. En ella, el famoso periodista hispano da cuenta de dos libros que leyó en este 2018 que está por concluir, aquéllos con los que se quedaría si tuviera que elegir entre todos los que leyó. Ellos son Breves respuestas a las grandes preguntas , de Stephen Haeking; y Sapiens. De animales a dioses , de Yuval Noah Harari. Y se detiene en lo que llama “el asunto de lo que ocurre cuando morimos, y las historias que nos inventamos”. Sobra decir que ni el astrónomo inglés, muerto este año, ni el joven historiador israelí creen en Dios. El primero dice que ni siquiera le preocupa demostrar que Dios no existe, el segundo lo considera un ejemplo de lo que podemos nombrar y no existe. Ambos quieren, dicen, conformarse con una manera racional de explicarse el universo. Ya hace cuatro siglos, Blaise Pascal, filósofo, astrónomo y matemático asentó