El mediodía del viernes de Pascua de este año fui a comer con el director de mi tesina de Teología. Durante la comida, salió a la conversación Hans Küng; le pregunté a mi maestro si él lo había conocido cuando estudió en Europa, me respondió que lo conoció en México, en la parroquia de san Juan Bautista en Coyoacán, donde entonces vivía. Hans Küng andaba de visita en nuestro país, era el año 2007, según recuerdo. Hans andaba por el barrio de la Conchita, cuando pidió ir a celebrar la Eucaristía. Fue entonces que lo llevaron a la parroquia de los franciscanos. Ahí le pidieron a mi maestro, doctor en Teología Moral, que lo atendiera. Lo presentó ante la feligresía de ese día comentando que entre ellos estaba uno de los teólogos más importantes que había en ese momento en el mundo. ¿Quién es Hans Küng? Nacido el 19 de marzo de 1928, como regalo de san José para la Iglesia que protege, el joven Hans, influido por su párroco en una patria de libertad, quiso ser sacerdote, pero pidió es