Lucas 24,1-12 Un sepulcro vacío; dos hombres desconocidos vestidos con ropas resplandecientes; una pregunta que desconcierta y no responde a las preguntas que seguramente surgen a las mujeres que al amanecer al primer día de la semana van a buscar el cuerpo de Jesús en el sepulcro donde había sido colocado tras la resurrección. La noticia fue llevada por las mujeres a Pedro y los demás discípulos de Jesús. Era natural que no les creyeran. Más allá de que fueran mujeres en una época en que el testimonio de las mujeres no tenía valor, lo que ellas decían no parecía tener ningún sentido. ¿Por qué fue, Pedro, entonces, a ver por sí mismo el sepulcro? Lo que él vio no era más sustancial que lo que vieron las mujeres, apenas unos lienzos. Pero con ello fue suficiente para volver admirado de lo que había sucedido. ¿Qué había sucedido? A nosotros, que tenemos nuestra fe cimentada en la resurrección de Jesús, lo acontecido puede que ya no nos sorprenda tanto como a las mujeres, a P