Juan 20,19-31 Se trata de uno de los principales personajes de esta escena, y es ampliamente conocida en la cultura popular su postura de “hasta no ver, no creer”. Generalmente, de Tomás solemos hacer un juicio negativo, y le criticamos su falta de fe, le criticamos que no haya creído al resto de los apóstoles que Jesús estaba realmente vivo. Advirtió que no creería si no metía sus dedos en las heridas del Maestro. Pero tampoco se puede perder de vista la valiente y decidida actitud de Tomás cuando, páginas atrás, Jesús decide ir a Jerusalén para resucitar a Lázaro, una vez que los suyos trataban de disuadirlo para evitar que fuera capturado. Tomás dio ejemplo de fidelidad y valentía: “Pues entonces vayamos también nosotros para morir con él”. El evangelio lo llama Tomas, el Gemelo. Pero nunca se nos dice quién es su gemelo. Y tal parece que no es un descuido del narrador, sino un recurso suyo para involucrar al lector y obligarlo a tomar una postura. Y en efecto, ¿quién no se s