Hay en la redes sociales una serie de memes aglutinados bajo la leyenda de "tú, yo... no sé. Piénsalo." Algunos son muy románticos, otros son muy divertidos, algunos francamente tiernos. Hasta la MS le hizo canción. Juntándolos todos, bien podríamos armar la versión mexicana de lo que Milan Kundera llamó El libro de los amores ridículos. Algunos amores nos parecen ridículos, porque en realidad son desafiantes y no acabamos de comprenderlos. El amor de Jesús es así. Me imagino a Lucas, con su comunidad de cristianos en la antigua y lejana Grecia, a los que atrajo del paganismo al cristianismo, allá por el año 70, 80 de nuestra era, con el evangelio de Marcos y algunos recuerdo que trajo consigo luego de su estancia en Antioquía. Quizá aquel domingo, al terminar la Fracción del Pan, como médico que era, se quedaría pensando cómo fue la curación que Jesús realizó en aquel ciego que pedía limosna a las afueras de Jericó. En esas estaría cuando escuchó que alguien llamaba a l