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Mostrando entradas de abril, 2015

Buen Pastor

Juan 10,11-18 Hablando de los niños recién nacidos rescatados de morir ahogado, como Moisés, opina la voz narradora de Milan Kundera en La insoportable levedad del ser : Las metáforas son peligrosas. Con las metáforas no se juega. El amor puede surgir de una sola metáfora.  Jesús emplea en su momento una metáfora para confrontar a los líderes políticos y religiosos de su tiempo. Emplea la metáfora del buen pastor. El pueblo, su pueblo, está simbolizado en la imagen del rebaño. Varias veces la habrá utilizado Jesús, como cuando, previamente a la multitud de los panes,  observa a su gente y tiene compasión de ella, porque está extenuada y abatida, como ovejas sin pastor.  La habrá empleado para sí mismo. Después de la curación del ciego de nacimiento, del hombre que no conocía la luz, los fariseos lo increpan, persiguen al hombre curado y lo acosan para que delate a Jesús, pues la curación había sido hecha en sábado. Cuando finalmente el otrora ciego, lejos de acusar a Jesús lo co

El Cuerpo glorioso del Señor Resucitado

Lucas 24,35-48 Una de las canciones más famosas en el siglo XX es la emblemática Over the rainbow, de la película El mago de Oz, canción que por cierto estuvo a punto de quedar fuera de la película.  Somewhere over the rainbow En ella se canta la esperanza de que exista un lugar más allá del arcoiris, por encima de las nubes, a las que veremos de lejos y hacia abajo, en un cielo donde los pájaros que vuelan tienen también el color azul, donde el lugar del reencuentro es afuera de la chimenea, porque el frío ha quedado atrás. Un lugar en el que nos decimos: "¿cómo estás?" , y sabemos que en realidad nos decimos "te quiero". La canción nos ofrece un mundo de luz, de color, de fantasía, de tactos, de palabras, de sonidos, al ritmo de una música evocadora; y todo tiene sentido y en todo descubrimos el secreto lenguaje del amor porque nuestro cuerpo arraiga su unidad y su identidad en eso que llamamos "el corazón", y que está tan dentro de cada quié

Vida plena en Él

Juan 20, 19-31 Se pueden vivir valores cristianos, del más alto humanismo, y no por eso se es cristiano. Hay en  la Iglesia diversas maneras de entender a Jesús y leer el evangelio, diferentes maneras de seguirlo. Hay quien pone el acento en lo ético y nos dice que Jesús no se predicó a sí mismo, sino que predicó el Reino de Dios, y que lo que importa, lo único que importa, es el Reino. Y que si no somos del Reino de nada sirven nuestras devotas y festivas eucaristías. Algo hay de verdad. Pero también es verdad que hay un momento en el que se impone la necesidad de confesar abierta y explícitamente a Jesús, muerto y resucitado, como Mesías de Dios y Señor de la historia. No es una cuestión secundaria, en ello se nos va no sólo nuestra identidad, sino la vida misma. Y es la conclusión de la escena del evangelio, el primer final que tuvo la narración del Discípulo Amado, según cuentan los especialistas. Muchos signos hizo Jesús delante de sus discípulos, narra el evangelista, pero los

Pascua: el calor y la fragancia de la vida plena

Marcos 16,1-7 De tanto trabajar con enfermos terminales, la Doctora Elizabeth Kübler-Ross dio el siguiente paso lógico en su investigación médica y su labor profesional: la pregunta por la muerte. Cuenta incluso que en una ocasión, siendo ya mayor y de visita en casa de su hermana Eva, tomando un café por la mañana y antes de salir al aeropuerto para tomar el avión que la  llevaría de regreso a Estados Unidos, sintió que le había llegado su hora, y habiendo acompañado a este tipo de pacientes, se permitió decir a su hermana que le regalaba en vivo la descripción de su propia muerte, narró el cosquilleo que comenzó a sentir en la punta de sus pies y que poco a poco subía por su cuerpo; entonces sintió que alcanzaba el momento supremo y gritó: "ahora despego", y sintió que se desprendía de su cuerpo y salía volando. Cuando despertó, narra ella misma, vio que lo único que había volado era la taza donde estaba tomando café cuando impactó desmayada sobre la mesa. Por supues

Viernes Santo: Morir amando

Juan 18-19 Cuenta la Dra. Elizabeth Kübler-Ross la experiencia que tuvo con un niño enfermo de cáncer, desahuciado, con un pronóstico de vida de sólo tres meses, que al final serían tres años. Como niño moribundo que era, dice la Doctora, tenía una sabiduría mayor que la de cualquier niño de su edad. Después de una serie de charlas con ella, el niño le envió una carta: "Querida Doctora Ross: "Sólo me queda una pregunta más: ¿qué es la vida y qué es la muerte y por qué tienen que morir los niños pequeños? "Besos, Dougy" Preguntas así nos las hacemos muchas veces, cuando nos visitan el mal, el dolor, la adversidad, la violencia, la muerte injusta. Pocas veces, de hecho, tiene uno la sensación de que la muerte sea justa y acontezca en el momento correcto. La Doctora Kübler-Ross escribió una respuesta al pequeño, y comenta: "Con palabras sencillas expliqué que la vida era un juego, semejante a lo que hace el vendaval esparciendo las semillas, que

La Cena de despedida: Recuperar la vida, encarar la muerte

Juan 13,1-17 Dicen que la muerte se presiente. Todos hemos oído historias de personas que, antes de morir, dieron avisos claros de que sentían próxima la muerte. Como que hubieran tenido alguna particular clarividencia o hubieran recibido un signo que les habría sido inconfundible, así como presenta García Márquez a Amaranta Buendía, tejiendo su mortaja, sabedora de que cuando la terminara moriría; y cuando estaba a punto de acabarla, salió por todo Macondo ofreciendo a los vecinos su mediación para llevar cartas y recuerdos a los amigos y familiares que habitaban en el más allá. Algunos moribundos hablan de la presencia de seres queridos ya difuntos y hasta entablan conversación con ellos, aunque nadie más pueda verlos.  La Dra. Elizabeth Kübler-Ross aprendió desde niña que no le hacía gracia que a los enfermos los trataran como si fueran objetos o animales de estudio. Le molestaba profundamente que nadie los viera como lo que en realidad eran: personas, seres humanos, madres,