Mc 9,38-48
En una de las escenas anteriores, los seguidores de Jesús no pudieron expulsar a un demonio que atormentaba a un muchacho, por el cual suplicaba su papá. Ahora se enteran que "alguien" expulsa demonios en el nombre de Jesús, pero no es del grupo de sus seguidores. Nos pasa mucho a nosotros situaciones similares, nos da envidia cuando el otro puede hacer lo que yo no pude. Más grave cuando se quiere monopolizar la acción o el amor de Dios, que no se deja encerrar por ningún límite. Grave quien pretende ocupar el lugar de Jesús, quien pretende ser maestro y dejar de ser discípulo; grave, muy grave, que no aceptemos y reconozcamos como don de Dios la vida y las obras de tanta gente buena que no es de nuestro "grupo", sea el que sea.
Jesús pide a los suyos dejar que el bien se practique, venga de quien venga. Y sentencia: cuidado con escandalizar a los pequeños, a los niños, a los vulnerables, cuidado, pues, con la arrogancia del poder. ¿Podemos ser buenos y sentir envidia porque otro hace el bien, y se lo prohibimos para que no nos opaque? ¿Qué dirían de eso, de nosotros, quien espera y necesita ayuda? Por eso, si el pie, la mano o el ojo son ocasiones de escándalo para los pequeños, mejor entrar cojos, mancos o ciegos a la vida del Reinado de Dios. En escenas anteriores Jesús curó a un paralítico, al hombre de la mano tullida y al ciego de Betsaida. Parece que la llamada de atención es a no perder de vista que lo recibido es don de Dios para gozarlo y comunicarlo como buena noticia. Quien se olvida de la humildad y la gratitud, mas le valdría haberse quedado en su antigua condición de necesitado, cuando clamaba a Dios desde el corazón, y no lo cambiaba por el poder que le da el saber (ver), el hacer (la mano), la libertad (los pies).
Les envío anticipidamente este muy breve comentario, porque casi tengo un pie en el avión. Esta noche, con el favor de Dios, salgo para Polonia. Participaré en el X Simposio internacional sobre san José. El tema general es: San José, patrono de nuestro tiempo. Yo presentaré una ponencia titulada: Exigencias éticas sociales del patronato de san José. Expondré el día de mi santo, martes 29 de septiembre a las 5pm, 10 de la mañana de aquí. Si tengo oportunidad, les enviaré alguna noticia y quizá hasta una foto. Si hay oportunidad, usaré el púlpito electrónico (¡buena idea, Carlos!) el próximo fin de semana; si no, desde ahora mi abrazo para cada uno. Volveré pronto, no se crean que andaré fuera muchos días.
Miguel Angel, mj
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