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Mostrando entradas de agosto, 2017

Las claves del Reino

Mateo 16,13-20 Si no me traiciona la memoria, fue en junio del año 2006, cuando el grupo de estudiantes de teología, pasamos unos días de descanso en Morelos. Uno de esos días subimos al Tepozteco. La subida es un tanto pesada, y hacia el final, tras una curva, se encuentra la escalera de metal para ingresar a la zona arqueológica. Al regreso, venía yo con el P. Javier. Caminando esa curva, vimos a un grupo de señoras fatigadas por la subida; una de ellas aseguraba que ya no podía seguir; sus amigas la exhortaban a seguir, le decían que ya casi llegaban. En ese momento, el P. Javier se detuvo en seco, y dirigiéndose a mí, pero con la suficiente carga de voz para hacerse oír de las mujeres, exclamó: "¡Justo aquí es la mitad!” Nosotros seguimos caminando con toda naturalidad, mientras la mujer que estaba por desfallecer dijo: “¿oyeron?, ¡apenas es la mitad!” Pues bien, de esta escena del evangelio cabe decir: “¡justo aquí es la mitad!” Después de un tiempo de ministerio, de

El largo camino hacia la misericordia

Mateo 15,21-28 A todos nos habría gustado que no fueran noticias, sino escenas de una película llamada Odio ciego , en la que los supremaciastas blancos del Kukuxklán encuentran comprensión y defensa en el presidente de los Estados Unidos. Pero no fue película. Por supuesto, también nos hubiera gustado que las escenas de las Ramblas, en Barcelona, vinieran de una película llamada dioses que matan , así con la palabra “dioses” en minúscula, aunque sea el inicio del título, para que desde el título quedara claro que la violencia religiosa, sobre todo la violencia homicida, no viene de Dios. Por lo menos no el Dios en el que creemos, el Padre bueno revelado en Jesús, en su vida y en su cruz, el Dios de la vida y de la creación que lo levantó de la muerte, sino de ese pequeño pero altanero grupo de creyentes fanáticos e intolerantes, grupo que alimenta su ideología no de la fe ni del Evangelio, sino de los prejuicios y del resentimiento, y juegan a la vida creyendo ser dioses. Alg

A pesar del miedo. La voz del Señor sobre las aguas

Mateo 14,22-33 Es como una palabra maldita. Pareciera que nos mancha o nos disminuye, como si por el hecho de no pronunciarla no existiera: miedo. Decimos que no, que ni somos cobardes ni tenemos miedo, que es precaución, y etc. Por supuesto, hay de miedos a miedos. La narración del evangelio habla de uno muy particular, aquel que nace de ir por la vida con el viento en contra, sin la certeza de no saber si Jesús está en el monte orando ajeno a nuestra barca, sacudida por el viento; o si viene a nosotros, pero no estamos seguro de si es Él o es un fantasma. El miedo que nos hace dudar, y la duda que nos lleva al hundimiento.  Dicen algunos que al final de nuestra vida nos arrepentimos más de lo que dejamos de hacer, que de aquello que realmente hicimos. Y así, de jóvenes nos privamos de conocer al amor de nuestra vida porque dudamos de que nos dijera "sí", y dudamos porque teníamos miedo de que nos dijera "no"; y de mayores nos da miedo morir porque en el ú

La transfiguración: "Carta a Francia"

Mateo 17,1-9 Creo que fue en octubre del 2002 cuando asistí con mis amigos del Filosofado, que lo siguen siendo, a un concierto de Fernando Delgadillo en Guadalajara, donde entonces estudiábamos. Detrás de nosotros estaba un grupo de amigas que, en el momento en que Fernando comenzaba alguna de sus canciones, una de ellas gritó: "¡Es ésa, es ésa!" Y otra le preguntó: "¿Cuál, cómo se llama?" Y la gritona respondió: "¡No sé, pero es ésa!" Y esa canción era "Carta Francia". La letra de la canción habla de una nostalgia. Quizá alguna novia se fue a vivir un tiempo a Francia, y Fernando la extrañó, y le dio nostalgia, y en ésas se le fue también el rumbo de la vida. A mí la letra de esta canción me ha venido varias veces al corazón estando en la capilla, a solas con el Señor. Quizá Jesús haya tenido alguna experiencia que también pueda expresarse con dicha letra. No lo sé, sólo lo imagino. Pero lo imagino con base en la verdad de su Encarnaci