Lucas 14,1-24 El jueves de la semana antepasada viajé a San Luis Río Colorado, en la línea fronteriza entre Sonora y Arizona, y avisé esa mañana en el chat de amigos de la secundaria: "Amigos, me voy a la frontera", y con los respectivos emoticones de micrófonos y notas musicales, añadí: "¡A mí me gusta mucho estar en la frontera, donde la gente es más sencilla y más sincera...!" Pero cuando bajé del avión en Mexicali, y me recibió el sopletazo de calor de 40 grados, avisé de mi llegada: "Amigos, ¡como ya no me está gustando mucho estar en la frontera!", como que de eso no hablaba la canción de Juan Gabriel y olvidé prepararme psicológicamente para ese calorcito. Así es la vida, un tejido de canciones y experiencias. Una canción deja de ser una simplemente una canción porque la hemos asociado con una persona, un lugar, una aventura... Y guardamos este tejido de canciones y experiencias ahí donde guardamos lo más valioso, tan seguro que nadie puede r