Marcos 9,38-48 "Prohibido pisar el césped", leyó un día Mafalda en un jardín. "¿Y la dignidad no?", se preguntó ella. La narración de Marcos refleja la situación de las primeras comunidades cristianas. En su momento, Jesús fue un profeta itinerante, predicaba el Reino de Dios con obras y palabras, y compartió esta tarea con un grupo de discípulos, quienes compartieron su estilo de vida, de itinerancia, indefensión y vulnerabilidad. Pero donde eran recibidos invitaban a vivir los valores del Reino. Que cuidaran a los enfermos, que se aprendieran a vivir reconciliados, perdonados, compartiendo la mesa y la Palabra. Y cuando el mensaje era recibido, se iban a otro lugar. Con el tiempo, y aún varios años después del misterio pascual de Jesús, siguieron existiendo grupos de seguidores de Jesús que seguían manteniendo su estilo de vida, de predicadores itinerantes con carismas de senadores y exorcistas. Pero también existían familias, comunidades de cristianos que