Mt 24,36-44 Primer Domingo de Adviento. El año litúrgico se rige por el recuerdo de la vida del Señor Jesús, por eso comienza haciendo memoria de su nacimiento, pero para celebrarlo hay un periodo previo de preparación, que es el adviento. Empero, el adviento no sólo nos prepara para celebrar el nacimiento de Jesús, también nos alista para la venida de Jesús al final de los tiempos, cuyo pronóstico se ha venido recorriendo paulatinamente, la última cita conocida con el fin del mundo fue el año pasado, y aquí seguimos. Con todo, desde los primeros tiempos de la Iglesia, se ha pensado en una venida más del Señor, no sólo la primera, cuando nació al tiempo y a la historia, ni la del fin del mundo, sino una tercera venida, una venida tan misteriosa como discreta. Una venida a la que pueden aplicarse las palabras del evangelio de Mateo: el Señor vendrá como el diluvio en tiempos de Noé, mientras la gente come, bebe y se casa y no sospechaban el chubasco que se les venía. Sería equivoc