Mc 1,21-28 Se trata de la primera vez que el evangelista Marcos nos narra un exorcismo de Jesús. Ya antes, después del bautismo de Jesús a manos de Juan en el Jordán, vimos a Jesús en el desierto, donde Satanás lo puso a prueba. En la escena de ahora no se hace mención de Satanás, sino simplemente de un espíritu impuro, así que no tan fácilmente podemos deducir que son el mismo personaje. De hecho, más adelante el narrador nos dirá que Jesús expulsaba a muchos demonios, pero no los dejaba hablar. Creo además que el sentido de los exorcismos hay que buscarlo en algo más que la simple entrada y salida de espíritus malos en cuerpos humanos. Pienso que el mismo narrador nos da la clave al introducir la escena. En efecto, Marcos cuenta que Jesús entró un sábado en la sinagoga de Cafarnaúm —que para los turistas en Tierra Santa es Capernaúm—, que se puso a enseñar, y que la gente quedaba asombrada porque enseñaba con autoridad y no como los escribas o maestros de la ley. El sábado