Lucas 24,46-53 El bar de las grandes esperanzas es un relato autobiográfico de J.R. Moehringer; una parte importante de su vida transcurre en el Bar "Dickens", donde el encargado de la barra es su tío Charlie. Al tío Charlie le gustan las palabras, las cuida, las usa con elegancia y precisión, de manera que puede hablar como un barista o como un académico. Cuando lo hace de esta última manera, siempre tiene el tino de disculparse. Así, cuando habla de verosimilitud, acota: ¿les molesta que diga verosimilitud ?, ¿les molesta que diga ineluctable ? Pareciera que en nuestros días, la cultura dominante, basada en la ciencia y en la tecnología, nos llevan al extremo de disculparnos cuando usamos el lenguaje de la fe. Pareciera que tendríamos que disculparnos cuando hablamos de Dios, de fe, de esperanza, del cielo. La ciencia es una mujer inteligente, pero muchas veces arrogante y envidiosa, lo digo sin machismo ni misoginia (¿les molesta que diga misoginia?), que siente celos