Mateo 13,44-52 Existe gente para la cual la vida es la misma hoy y mañana también. Gente que ya se acostumbró a la rutina, para quien la fría y exacta monotonía es fuente de seguridad. Hay quien en la rutina está tristemente resignado, y ni caso tiene preguntarse por el día de mañana, porque ya no tiene fuerzas; y hay quien se cansó de esperar la respuesta, cuando por más que levantaba la cabeza siempre encontró el mismo cansancio en el horizonte. Hay quienes, por el contrario, de tan bien que estaban creían que no se podía estar mejor, los sorpresivos cambios repentinos que nunca faltan les dieron la experiencia de lo diferente. Entonces los desafíos los hicieron crecer. Para unos y para otros, Dios se deja encontrar, sin que lo busquen, como el hombre que un buen día encuentra un tesoro oculto en un campo, y decide venderlo todo para comprar el campo. Suena increíble, vender lo que hasta hoy se creía lo mejor, y dejarlo todo por quedarse con el Dios oculto en el campo de la histo