Juan 13,31-35 Desde el inicio del capítulo 13, el evangelio nos ha anticipado muy claramente el contenido de las imágenes que vamos a contemplar de ahí en adelante: Era la víspera de la pascua, dice el narrador, y Jesús, sabiendo que había llegado la hora de volver de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el final. Veremos a Jesús tirando de su amor hasta el extremo. Parecía ya extremo ver a la Palabra de Dios hecha carne y, sin embargo, veremos al Señor y Maestro de rodillas a los pies de sus amigos, lavando sus pies, como si fuera el último de ellos y el esclavo de todos. ¿Es que creía que sus pies estaban sucios, y necesitaban limpiarse de la suciedad que habían arrastrado a lo largo del camino? ¿O creía que sus pies, cansados del camino, necesitaban frescura y descanso? Quizá Jesús creía las dos cosas. Lo cierto es que Jesús preguntó a los suyos si habían comprendido lo que él acaba de hacer, y el narrador no dice