Mc 9,38-48 En una de las escenas anteriores, los seguidores de Jesús no pudieron expulsar a un demonio que atormentaba a un muchacho, por el cual suplicaba su papá. Ahora se enteran que "alguien" expulsa demonios en el nombre de Jesús, pero no es del grupo de sus seguidores. Nos pasa mucho a nosotros situaciones similares, nos da envidia cuando el otro puede hacer lo que yo no pude. Más grave cuando se quiere monopolizar la acción o el amor de Dios, que no se deja encerrar por ningún límite. Grave quien pretende ocupar el lugar de Jesús, quien pretende ser maestro y dejar de ser discípulo; grave, muy grave, que no aceptemos y reconozcamos como don de Dios la vida y las obras de tanta gente buena que no es de nuestro "grupo", sea el que sea. Jesús pide a los suyos dejar que el bien se practique, venga de quien venga. Y sentencia: cuidado con escandalizar a los pequeños, a los niños, a los vulnerables, cuidado, pues, con la arrogancia del poder. ¿Podemo