Marcos 6,30-34 Nos contaba el Profe Monroy, que nos daba cursos de redacción en el primer año del seminiario y nos contaba su vida espiritual y vocacional, que alguna vez había visto una película sobre la dura batalla de un anciano sacerdote contra las tentaciones sexuales. Y nos decía que si los sacerdotes maduros tenían esas tentaciones, ¡qué sería nosotros, miserables criaturas del Señor! Lo mismo pasa con esta escena del evangelio, bellísimamente empática: Que Jesús, el Señor, y sus apóstoles se sintieran cansados. De otro modo, la escena no tiene sentido. Si Jesús experimentaba cansancio, ¡qué será nosotros, miserables criaturas del Señor! Sin embargo, Jesús tuvo que interrumpir su descanso y el de los suyos frente al cansancio y el hambre de la gente que lo buscaba. A la vista de ello, sintió compasión, se le estremecieron las entrañas. Lo siguiente en la narración, es la multiplicación de los panes, en la que el evangelio nos muestra a Jesús con los rasgos del buen pastor q