Marcos 9,30-37 Seis días después del primer anuncio de su pasión, muerte y resurrección, Jesús subió a una montaña sólo con Pedro, Santiago y Juan. Ahí tuvo lugar el momento de la transfiguración, y su diálogo con Moisés y Elías, de todo lo cual Jesús les pidió guardar silencio. Al bajar de la montaña, se encontraron con el resto de los discípulos, que fracasaban en su intento por exorcizar a un joven poseído por un espíritu inmundo. Jesús pidió que le llevaran al muchacho y lo curó. Ya en casa los discípulos le preguntaron por qué ellos no pudieron, y Jesús les respondió que esos demonios únicamente se expulsan con oración. Salieron luego de casa, nuevamente se pusieron en camino, y nuevamente, por segunda vez, Jesús les anuncia que será entregado, que le darán muerte, pero que resucitará a los tres días. Los discípulos no entendían, pero tenían miedo de preguntarle. Quizá en realidad lo que tenían era miedo de corroborar que habían entendido bien, y se asustaban ante la per