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Mostrando entradas de agosto, 2014

La amiga M., el sacerdocio de Rigo, la cruz de Jesús

Mateo 16,21-27 Esta semana una buena amiga y una gran docente me compartía lo siguiente: "Hace tiempo fui retenida por manifestarme en contra del gobierno, pasé casi un año presentando cartas de antecedentes no penales para seguir trabajando... presenté una denuncia a la CNDH y hoy el resolutivo fue sólo una recomendación.  He llorado de impotencia todo el día, y siento que no existe justicia. Sé que Dios nunca me abandonó, sé que estoy viva gracias a él, pero no me está siendo suficiente, pasé miedo y dolor, y no quería venganza, yo quería justicia y sé. que no existe, no puedo con eso, me derroto."   He pensado en ella, en lo que vive, en su historia. Y pensando en ella, vienen a mi corazón las palabras del Señor Jesús: "El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga." El camino del evangelio es un camino difícil, nunca se nos prometió que sería fácil, mucho menos que sería un suave camino de inmunidad. El compromiso por

Quién es Jesús

Mateo 16,13-20; Rom 11,33-36 Mateo presenta la escena central de su evangelio. Es la mitad de su narración. Como que Jesús hiciera un alto en su camino para recapitular su ministerio público hasta ese momento, y se asegurase de que lo que sigue será plenamente comprendido. El centro de la narración está marcado por la pregunta por la identidad de Jesús, y el Evangelio tiene como propósito darla a conocer. Quién es Jesús. Jesús mismo es quien lanza la pregunta. Pide primero el parecer de terceras personas. Quién dice la gente que es el hijo del hombre. La gente responde que Juan, o Elías o algún profeta. No es una mala respuesta, dado el prestigio de los profetas, gente de Dios, pero es una respuesta corta, insuficiente.   Traída a nuestro tiempo, la pregunta sigue vigente, la respuesta dependerá de a quién se lance, no todos los terceros son iguales. Pienso en Jaime Maussan, para él Jesús será un extraterrestre llegado a la Tierra en un ovni, en el mismo que los magos confundier

El silencio de Jesús

Mateo 15,21-28 Creo que por un momento me habría gustado que Jesús hubiera actuado como Mafalda. Un día perdió al ajedrez con Felipe y, sin embargo, tenía cara de felicidad. "Veo que sos buena perdedora, Susanita", le dijo, "otros, cuando pierden, ¡hay que ver cómo se ponen!", y Susanita seguía sonriendo. De pronto, rompió en llanto, y se lamentó: "¡Maldito sea, con lo bien que me estaba saliendo la hipocresía...! Hace poco, Sergio, del grupo de jóvenes me pedía que hablara un día del silencio de Dios. Me vinieron muchas cosas a la mente, incluyendo un discurso del P. Daniel Fouché en Polonia. El P. Fouché es un biblista francés que participó en el simposio internacional sobre san José que se llevó a cabo en Polonia en octubre del 2009. Al término del simposio los organizadores nos llevaron a un paseo-peregrinación que incluyó, entre otros lugares, el antiguo campo de concentración de Auschwitz. Terminado el impresionante recorrido, ya en el autobús, el P. F

La fuerza del Espíritu, la mano de Jesús

Mateo 14,22-33 Circula por las redes sociales cierto video en el que una mujer observa su departamento por la cámara de su teléfono celular, como que estuviera grabando algo. Por el celular observa tirado en el suelo lo que parece un cadáver, pero cuando ve la realidad de frente, no hay nada. Sigue filmando, en la pantalla el cadáver es arrastrado, en la realidad, nada; la mujer entra a su cuarto, no hay nada; pero viendo por el celular, unas manos de cadáver suben por la cama; ella retira el celular, no hay nada; vuelve a mirar por el celular, las manos siguen subiendo; retira el celular, ¡y entonces se le viene encima el cadáver! Con la narración del evangelio sucede en cierta medida lo mismo que con este video, se precisa de una lente para ver lo que de otra manera no se percibe, algo que al final se aparece como plenamente real.   El primer lente es el del sentido del mar, que le dan el hipopótamo y el lagarto. Cuando Carlitos Meza y yo formábamos la comunidad del Filosofado

Pan comprado, pan compartido y viejas estructuras

Mateo 14,13-21; Romanos 8,35-39   Hubo una vez en la que Miguelito se cansó de ser como era, y decidió estrenar personalidad, aunque nadie notaba el cambio. Un día Mafalda le preguntó: "Hola Miguelito, ¿cómo marcha tu transformación en el nuevo Miguelito?", "¡cuesta! ¡hay sectores que intentan mantener las viejas estructuras!", respondió él con mucha determinación. "Uno de ellos opina que o voy a comprar el pan como siempre, o no veo más TV, ¿no me acompañarás a la panadería?" La escena del evangelio nos habla también de panes y de viejas estructuras.   La escena tiene fuertes contrastes con escenas anteriores, especialmente con la inmediatamente anterior, que es el banquete en el palacio de Herodes en que se decidió la muerte de Juan el Bautista. Narrativamente, la vinculación está destacada por la indicación que da el evangelista de que al enterarse Jesús de la noticia, se retiró a un lugar desierto, apartado; ahí lo siguen las multitudes, a las