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Mostrando entradas de abril, 2012

Seguir al Pastor

Juan 10,11-18 Las Palabras de Jesús forman parte de una larga secuencia narrativa que comienza en capítulo 9, con la narración de la curación del ciego de nacimiento, llevada a cabo por Jesús. Los fariseos no ven con agrado la curación, porque fue hecha en sábado. Jesús, intencionada y provocadoramente, cura en sábado para dejar en claro la voluntad de Dios: el bienestar del ser humano, lo demás está en función de esto. De manera que un hombre que no sabía lo que era ver, comenzó a ver, y fue perseguido por ello. Porque finalmente, lo último que les importó a los fariseos fue que el ciego viera; en realidad, nunca les importó. En este relato de curación, Jesús se presenta a sí mismo como luz del mundo. El hostigamiento de los líderes religiosos fariseos llegó no sólo hasta el ciego, sino que alcanzó a Jesús. Todo el discurso de Jesús sobre el Pastor por excelencia, frente a los pastores falsos o deficientes es una disputa entre Jesús y los fariseos. Los fariseos le reprochan a J

El Cuerpo Resucitado

Lucas 24,35-48 Se trata de una escena paralela a la que Juan presenta casi al final de su evangelio. Jesús resucitado apareciéndose en medio de sus discípulos, reunidos en el mismo lugar y llenos de miedo, creyendo estar viendo a un fantasma. Jesús quiere disipar el miedo profundo que hay en sus corazones, y para ello se deja tocar y contemplar. Como no lo logran salir de su asombro, ahora les pide de comer, y ellos le dan un pescado asado. Después Jesús les abrió el entendimiento explicándoles las Escrituras. Lucas escribe para una comunidad de cristianos provenientes mayoritariamente del mundo pagano, no judío. El dato es importante porque los antiguos griegos creían que el ser humano estaba formado por dos componentes, el cuerpo y el alma; creían que al morir el alma se separaba del cuerpo. Cuando Lucas presenta a Jesús resucitado, se esfuerza en dejar claro que el Resucitado es Jesús, todo él, no un alma o un espíritu o un fantasma. La idea es fascinante todavía hoy. La corp

Contemplar al traspasado

Juan 20,19-31 Una doble escena del Evangelio del Discípulo Amado; en ella el Señor Resucitado se aparece por vez primera al conjunto de sus discípulos. La primera escena está situada al anochecer del mismo día de la resurrección, Jesús se apareció en medio de los suyos. La segunda escena tiene lugar una semana después, también en domingo. Es el mismo primer día de la semana. Las indicaciones de tiempo no son detalles gratuitos. El evangelio del Discípulo Amado comienza contándonos las actividades de la primera semana del ministerio público de Jesús. Ahora estamos casi al final del evangelio, y nos encontramos con la primera semana de Jesús después de la resurrección. Parece, entonces, que nos encontramos ante un final que es, en realidad un nuevo inicio. Un inicio tan nuevo como desconcertante.  El nuevo inicio, el inicio de la humanidad nueva tiene como centro a Jesús Resucitado. Es el gran protagonista del Evangelio, parecía fracasado y aniquilado para siempre. Lo contemplamos

Tercer canto: el canto de Dios

Marcos 16,1-8 Conmovedoramente hermosa la escena del evangelio. Tres mujeres que van de madrugada al sepulcro de Jesús para embalsamar su cuerpo, preocupadas por quién les moverá la roca que lo cubre. Ellas iban con el recuerdo del Maestro y con todo su cariño en el corazón.  Van pensando en que sus fuerzas no serán suficientes para entrar en las entrañas de la muerte, pero no les importa. No hay piedra que las haga desistir del homenaje de amor y gratitud que quieren ofrecer al hombre que les dio vida cuando andaban por la historia muertas sin morir.  Conmovedora la escena. La fuerza que brota de la contemplación de la tumba vacía. La muerte  desgarrada y vencida por dentro. La tarde del viernes santo es un presente condenado al pasado. El futuro está abierto, tanto como el sepulcro que no pudo contener la vida perfecta en el amor, la vida de Jesús, el Señor. Ellas no lo vieron en ese momento, pero la presencia de Dios inundó lo que fue el lugar de la muerte. Lo vieron vací

Segundo canto: El corazón del Hijo

Juan 18 y 19 También del dolor se canta, cuando llorar no se puede, dice el dicho. Y en el canto también el silencio es importante. La tarde del viernes santo es tarde de silencio. Porque el silencio expresa lo que no pueden decir las palabras, porque sólo en el silencio se puede cantar el misterio del Amor. Es tarde de silencio y contemplación. Canta el fracaso del Hijo clavado en la cruz, fracasado en su intento de convertir al ser humano a acoger en su corazón y en las estructuras sociales el reinado de Dios. Canta en la cruz Jesús los salmos, canta a pesar de la sequedad de la lengua y del dolor del cuerpo. Canta porque su corazón se resiste a morir. Con los salmos, canta la desolación de verse acusado por los dirigentes religiosos, condenado por el poder político, abandonado de los suyos y, todo lo hace ver así, abandonado también por Dios, al que con cariño llamó Papá. Y con el dolor del corazón, por debajo del dolor del cuerpo, Jesús cantó el abandono de Dios. La cruz rec

Primer canto: Las manos de Jesús

1 Corintios 11,23-26; Juan 13,1-15 Había antiguamente una frase que con el tiempo vino a dar nombre a uno de los libros más famosos de Carlos Monsiváis: Días de guardar.  Se decía de la observancia de los días santos. En la tradición judía, hay que guardar el sábado; en la tradición cristiana, el miércoles de ceniza y el viernes santo se guardan con ayuno. Contaba mi mamá que en sus tiempos los días de la Semana Santa se guardaban en silencio, no se prendía la tele, ni la radio, ni tan siquiera la estufa hasta que, como se decía entonces, "se abría la gloria". Yo invito en estos días santos a guardar silencio, a escuchar los muchos modos y las muchas voces del único Dios. Guardar silencio, guardar la memoria y celebrar al Dios escuchado y contemplado. Dios habla. Dios canta. Canta en las manos de Jesús, que tocaron al leproso y levantaron a la suegra de Pedro. Las manos que abrieron los ojos de los ciegos y la desataron la lengua de los mudos, las manos que escribieron