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Mostrando entradas de diciembre, 2010

Año nuevo: Guardar las cosas en el corazón

Lucas 2,16-21 Estamos ante el final de la escena del nacimiento de Jesús, y la escena de su circuncisión, tenida, como marcaba la Ley, a los ocho días del nacimiento. El día 1o de enero la Iglesia celebra la fiesta de María, Madre de Dios. La maternidad divina es el primero de los dogmas marianos; y más que un dogma mariano, es un dogma cristológico, lo que estaba en disputa en aquellos primeros años de cristianismo era si Jesús era o no Dios. Comprender la naturaleza del ser y la vida de Jesús no es fácil aún hoy; mucho menos lo fue para sus padres, María y José. La coincidencia de la fiesta de María Madre de Dios con el Año Nuevo me suscita algunas reflexiones, a partir del dato que nos da el evangelista Lucas hacia el final de la escena de navidad. Luego del azaroso nacimiento de Jesús en un establo de Belén, como consecuencia del censo ordenado por el César, el canto de los ángeles y la adoración de los pastores, Lucas nos dice que María guardaba todas estas cosas en su corazón. Gu

Sagrada Familia

Mateo 2,13-23 Se trata de la escena de la Huida a Egipto. La liturgia dominical suprime la segunda de las tres escenas que componen esta secuencia narrativa, que es la correspondiente a la muerte de los inocentes. Sin esta escena, el viaje a Egipto parece más un paseo que una necesidad. La escena se ubica después de que los Magos venidos de Oriente se retiran de la casa de José, en Belén. Herodes, que ha sabido por los Magos y por las Escrituras que ha nacido el "Rey de los judíos", ordena la muerte de todos los niños menores de dos años para asegurarse de la muerte de Jesús, y desaparecer así lo que considera es una amenaza contra su reinado. Se hace así necesaria la intervención de Dios para proteger la vida de su hijo. Por ello, un ángel alerta en sueños a José y le pide proteger a su familia retirándose a Egipto. José obedece puntualmente. Después tiene lugar la muerte de los inocentes; la amenaza sobre Jesús y su familia no era una falsa alarma, sino un peligro real perp

Contemplar la navidad con los ojos de José

El inicio de este pasaje del evangelio es por demás significativo. No se trata sólo de darnos una fecha exacta para el nacimiento de Jesús, que por lo demás no conocemos con precisión. Lo que el texto nos sugiere es algo mucho más profundo, y para poder apreciarlo se requiere de una mirada no sólo atenta, sino ante todo, contemplativa. Veamos. Primero. Es el emperador, el César, Augusto, quien desencadena las acciones. Él representa el poder dominante, él encarna el deseo de la pax romana que sólo el puede garantizar. Es el símbolo de un sistema que señorea en las sociedades de su tiempo. Nadie por encima del César. Nadie por encima del poder que representa. Tiene la capacidad de poner en movimiento a los hombres y mujeres comunes, ordinarios. Su palabra tiene poder. Por eso vemos a José ponerse en movimiento, él no tiene poder, él pertenece a la clase de los que obedecen. ¿Quién tiene poder hoy en nuestro mundo, en nuestro país, en nuestras sociedades? ¿Quién impera y controla las

El sueño de José de Nazaret

Mateo 1,18-25 Una escena padrísima del evangelio de Mateo. El lector judío original del evangelio tenía las claves para dejarse impresionar por este relato. Lo primero que hay que destacar que el protagonista de esta escena es José; sin embargo, la escena no quiere hablarnos de él, sino del origen de Jesús, el Mesías. Y creo que en eso podríamos sentirnos identificados todos: en ser los protagonistas de una historia que, en su manera de vivir, hablan al mundo de Jesús. Lo que vivió José supuso una fuerte experiencia de fe traducida en amor. En aquella época, el pueblo judío tenía como un valor importante el honor. Los matrimonios no se realizaban por amor, sino como un pacto de honor. Una mujer que engañaba a su marido manchaba el honor del esposo y su familia. El texto del evangelio es claro en el sentido de que María y José no vivían juntos cuando ella quedó embarazada, lo cual suponía una afrenta al honor de José. Y es que el honor que importaba era el del varón, se trataba de una s

La mujer vestida del cielo

Lucas 1,39-48; Apocalipsis 12 Solemnidad de nuestra Señora de Guadalupe, la fiesta religiosa más importante de los mexicanos. La liturgia pide leer este día el texto de Lucas, la visita de María a su prima Isabel, una escena bellísima que narra el encuentro entre dos mujeres embarazadas, dos mujeres llenas de vida; una ya es anciana, Isabel; la otra, María, es una muchachita. Las dos son símbolos de su pueblo, la primera, del antiguo Israel; la segunda, del pueblo nuevo, la Iglesia. En el abrazo que se dan las dos se da el paso de lo antiguo a lo nuevo. La escena de Lucas, y la fiesta de la Virgen de Guadalupe, me traen a la mente a la mujer del Apocalipsis, la gran señal que apareció en el cielo, descrita con rasgos muy similares a los de Santa María de Guadalupe: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza, y estaba encinta. El parecido en la descripción no deja de ser asombroso, y no se trata de una visión del futuro, pues en

Empezar de nuevo

Mateo 3,1-12 La escena del evangelio de este domingo me recuerda el título de una canción de Jesucristo Superestrella, en la versión mexicana del año 2001, que estelarizaron Lolita Cortés y Erik Rubín. La canción se llama "¿Empezar de nuevo?" En la obra, Lolita sintetiza en uno varios personajes bíblicos, agrupados bajo el nombre de Magdalena. Esta falsa o múltiple Magdalena, junto con Pedro, canta su desconcierto y su dolor, el coraje de frustración e impotencia viendo a Jesús apresado tras la última cena, y a las puertas de su muerte en la cruz. Nos siendo capaces de asimilar y soportar lo que están viviendo, ambos amigos y discípulos de Jesús desean apasionadamente volver el tiempo atrás, y empezar de nuevo, sin perder la gracia y el encanto de los primeros momentos en compañía de Jesús. Sucede que muchas veces así nos experimentamos, con la pesada sensación de haber estropeado todo, con las ganas de regresar el tiempo y corregir los errores. La imposibilidad, la impotenc