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Mostrando entradas de mayo, 2009

El cielo.

Este domingo celebramos la asunción de Jesús al cielo. Hoy quiero compartir algunas ideas sobre el cielo. Yo creo que ya nadie cree que el cielo, el cielo de Dios, claro, es las nubes del día o las estrellas de la noche, por muy hermosas que sean. El fragmento del evangelio que escuchamos este día, que es final del evangelio escrito por Marcos, nos dice que "Jesús subió al cielo". El problema de leer un pedacito de evangelio cada semana no ayuda cuando se nos olvida que cada uno de los evangelios es un relato completo. Cada evangelio es como una película; el final de la película sólo tiene sentido cuando vimos la película entera, cuando vimos el inicio, los problemas que se fueron desarrollando, y la solución y el desenlace de todos ellos. Pues bien, el evangelio de Marcos tiene entre sus primeras escenas una en la que nos cuenta que el cielo "se rasgó" o "se abrió", y el Espíritu de Dios descendió sobre Jesús con tanta ternur

Dios consiste en amar

La lectura del evangelio de este domingo es Juan 15,9-17. Se trata de un fragmento de un discurso de Jesús que el evangelista relata en el contexto de la última cena. Es algo así como una despedida y un testamento de Jesús. El fragmento de este día invita a permanecer en el amor. Es el texto en donde aparece el único mandamiento que deja Jesús: amarnos unos a otros como él nos ha amado. Todo se echa a perder cuando escuchamos la palabra "amor" y la imaginamos de rosa rodeada de corazoncitos rojos que escurren miel. Eso no es amor, es sentimiento cursi y generalmente pasajero. El amor de Jesús es más profundo. Remite en primer lugar al amor de Dios, o mejor, al amor que es Dios mismo. Dios es amor. Algunos traducen: Dios consiste en amar. Pero aquí hay que recordar que los evangelios están escritos en griego. Y en griego no existe una palabra para decir "amor", hay tres: "eros", que es el amor de pareja, amor que se comunica en la intimidad s

Día del Señor, día de las mamás.

Domingo 10 de mayo. Ojalá vayan a misa. Ojalá escuchen con atención este día el fragmento del evangelio de san Juan. O búsquenlo en sus Biblias: Evangeio de Juan 15,1-8. Llévenlo al corazón a la luz del 10 de mayo, y verán cómo tiene sentido. En el evangelio, Jesús se presenta a sí mismo como una vid, es decir, como una planta que prodece uvas. Y con las uvas se produce el vino. Eso ya no lo dice el evangelio pero tampoco hace falta que lo diga; lo sabemos. Y en las fiestas siempre hay vino, eso tampoco lo dice el evangelio de hoy, pero también lo sabemos, y de sobra. La vid, pues, es una planta que produce, con el trabajo de cada hombre y de cada mujer, alegría, fiesta, vida. Dice Jesús que para producir fruto hay que estar unido a él, porque él es la vid y nosotros las ramas. ¡Somos ramas de un árbol que produce vida y alegría! Sólo basta no separarse de Jesús. Y nos invita: "Permanezcan unidos a mí, como yo lo estoy a ustedes". Uno tiene derecho a preguntar: a